El castillo escondido en las montañas que hoy funciona como hotel: fue propiedad de un fabricante de armas que escapó del nazismo

En medio de las sierras cordobesas se esconde un lugar poco conocido que parece sacado de un cuento: un castillo histórico rodeado de paisajes impresionantes. Más allá de su belleza, el sitio está cargado de historias fascinantes y leyendas, convirtiéndose en un destino ideal para quienes buscan misterio, arquitectura y naturaleza en un solo lugar.
Se trata del Castillo de Mandl, un imponente edificio ubicado en La Cumbre. Construido a comienzos del siglo XX, combina arquitectura medieval y modernista. Su historia está marcada por dueños aristócratas, remodelaciones y secretos de época.
El Castillo de Mandl, un lugar privilegiado para disfrutar de las sierras cordobesas
A través de su singular arquitectura, el Castillo de Mandl se presenta como un testigo vivo de la historia de la región, que desde la década del ’30 atrajo a la aristocracia. Cada habitación ofrece vistas únicas y una disposición particular que refleja un estilo cercano al de una residencia privada, donde cada espacio tiene su propio carácter.

La identidad de esta construcción también se percibe en su cocina, que combina sabores de la huerta local, carnes y especialidades artesanales con influencias de la gastronomía mediterránea. Estos detalles muestran cómo la tradición culinaria se integra al ambiente histórico del lugar.
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Para quienes buscan actividades al aire libre, el entorno natural permite opciones como trekking, cabalgatas, paseos en bicicleta y parapente, aprovechando las sierras circundantes.
Además, a pocos minutos se encuentra La Cumbre Golf Club, fundado en 1924, con una cancha de 18 hoyos de estilo inglés que combina paisajes ondulados, vegetación histórica y desafíos propios del terreno, ofreciendo un complemento interesante para los visitantes que exploran la zona.

La historia de El Castillo de Mandl
El Castillo de Mandl, ubicado en La Cumbre, Córdoba, es una edificación de gran valor histórico y arquitectónico. Su construcción comenzó en 1910 por encargo del médico rosarino Bartolomé Vasallo, quien lo diseñó como una residencia veraniega con un estilo medieval.
En 1943, debido a dificultades financieras, Vasallo donó el castillo a la Municipalidad de La Cumbre, pero al no poder asumir el costo de mantenimiento, la propiedad fue rematada y adquirida por el aristócrata austriaco Fritz Mandl.
Mandl había sido un importante fabricante de armas en Europa y llegó a Argentina huyendo del régimen nazi. Tras adquirir el castillo, realizó una remodelación completa que transformó la estructura medieval en un chalet de estilo modernista.

Desde entonces, el castillo recibió a numerosas personalidades europeas, incluyendo nobles, políticos y militares que pasaron temporadas allí mientras su dueño residía en el extranjero. Entre los visitantes destacados, se encuentran Carlos Menem, que se alojó varias veces, y Fernando de la Rúa, que también disfrutó de una estadía en el lugar.
Después de la muerte de Madl en 1977, el castillo permaneció cerrado durante varios años hasta que, en 2006, fue restaurado y convertido en un hotel boutique de lujo.
Hoy sus puertas se abren a quienes buscan un espacio de descanso en medio de la naturaleza, y eligen disfrutar de cada uno de los rincones, con una excelente gastronomía e innumerables actividades al aire libre.