Día Mundial del Corazón: los nuevos factores de riesgo que podrían afectar la salud cardiovascular

Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una iniciativa que fue creada a nivel global en el año 2000 por la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta fecha, se busca concientizar sobre la importancia de cuidar la salud cardiovascular, promover hábitos que ayuden a prevenir enfermedades y bajar la tasa de mortalidad a nivel mundial.
Esta proclamación surge como respuesta a los datos alarmantes del Informe Mundial sobre la Salud (2002), que identificó que los factores de riesgo clásicos como los principales responsables de las muertes: el colesterol elevado, el tabaquismo y la diabetes. Sin embargo, en el último tiempo, la estadística cambió y ahora condiciones como la contaminación climática, el estrés crónico, la obesidad e incluso la soledad pueden desatar problemas cardíacos.

De hecho, según indicó la OMS, cada vez se diagnostican con más frecuencia problemas del corazón en personas jóvenes, como consecuencia de estilos de vida poco saludables, una alimentación desbalanceada, sedentarismo o la falta de chequeos médicos periódicos.
A nivel mundial, se estima que más de 17 millones de personas mueren cada año por enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, muchas de esas muertes podrían prevenirse con simples cambios en la rutina y mayor acceso a información clara y chequeos preventivos.
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Al respecto, la Dra. Susana Ginestar, Cardióloga de Boreal Salud (MN. 4738), expresó en comunicación con Canal 26 que es muy necesario chequearse para evitar factores de riesgo: “Estas condiciones se han trabajado durante décadas como determinantes en la salud cardiovascular”.
“Sin embargo, hoy en día emergen nuevos factores de riesgo que cobran cada vez más relevancia en el manejo y predicción de enfermedades cardíacas. Entre ellos, la obesidad se presenta como un factor fundamental, una verdadera pandemia que afecta a millones de personas y que multiplica los riesgos asociados a infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca”, resaltó la doctora.

En este sentido, la médica detalló en una lista cuáles son los riesgos emergentes que aumentan la incidencia de enfermedades cardíacas. Entre ellas, además de la contaminación ambiental -asociada al aire contaminado y el consumo de microplásticos- se encuentran los siguientes:
- Soledad e insomnio: la falta de interacción social y los problemas de sueño son factores de riesgo que contribuyen a las enfermedades del corazón.
- Dislipemia heterogénea: esta condición se caracteriza por niveles elevados de LDL (colesterol malo), de triglicéridos y bajos de HDL (colesterol bueno), lo que incrementa el riesgo cardiovascular.
- Marcadores genéticos y de inflamación: la presencia de factores de riesgo genéticos y marcadores de inflamación puede predisponer al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
- Estrés crónico: el estrés prolongado y otras condiciones emocionales pueden desencadenar un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
“Un punto que merece especial atención es la situación de las mujeres que son sostén de familia. La falta de tiempo y el costo económico dificultan el acceso a chequeos médicos preventivos” señaló, resaltando también que la soledad y la angustia a veces también son considerados como factores de riesgo, ya que derivan a trastornos alimenticios y, en consecuencia, se desatan problemas cardiovasculares.
Y sumó: “Este fenómeno representa un desafío no solo sanitario, sino también social, donde la inequidad y las condiciones laborales influyen directamente en la salud del corazón. Lo que ocurre actualmente es que los factores de riesgo clásicos se conocen y se trabajan en la prevención, pero los factores emergentes muchas veces no se tienen en cuenta, a pesar de que afectan cotidianamente a miles de personas y dañan su salud sin que exista una real conciencia sobre su impacto”.

Hábitos claves para cuidar el corazón y prevenir enfermedades cardiovasculares
La OMS, considera que las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en el mundo. Por este motivo, para prevenirlas, desde el organismo indicaron algunas recomendaciones para cuidar el cuerpo y evitar enfermedades:
Seguir una dieta saludable
- La ingesta total de grasas no debe superar el 30 % de la energía total, limitando las grasas saturadas a menos del 10 % y las grasas trans a menos del 1 %.
- Limitar el consumo de azúcares libres a menos del 10 % de la energía total (idealmente reducirlo a 5 %)
- Mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos al día (es decir, unos 2 gramos de sodio) para prevenir hipertensión.
- Favorecer alimentos frescos, integrales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescados, aceites saludables. Evitar alimentos ultraprocesados, con exceso de sal, azúcares o grasas nocivas.
Mantener actividad física regular
- Para adultos (18 a 64 años): al menos 150 minutos de actividad moderada a lo largo de la semana, o 75 minutos de actividad vigorosa, o una combinación equivalente.
- En personas mayores con movilidad reducida: realizar actividad física que mejore el equilibrio al menos 3 días por semana.
- Un estudio mostró que quienes cumplen con las recomendaciones de la OMS tienen un 20 % menos riesgo de enfermedad cardíaca en personas de mediana edad y mayores.

Controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa
- Según la guía de la OMS para prevención cardiovascular, es clave evaluar el riesgo cardiovascular total (no solo factores aislados) y actuar con intervenciones individuales o poblacionales.
- Reducir la presión arterial elevada es una de las prioridades globales: se fijó como meta reducir su prevalencia en un 25 % entre 2010–2025.
- Asegurar que al menos el 50 % de las personas elegibles reciban terapia farmacológica y asesoramiento para prevenir infartos y ACV.
Evitar el consumo de tabaco y limitar el uso de alcohol
- El tabaco es un factor de riesgo primordial para la enfermedad cardiovascular. Evitar fumar y evitar la exposición al humo de segunda mano es esencial.
- El alcohol, en exceso, también contribuye al riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las recomendaciones de la OMS sobre “acciones cotidianas” advierten sobre su consumo.
Controlar el peso corporal y evitar la obesidad
- Tener un índice de masa corporal (IMC) saludable y evitar el sobrepeso u obesidad es clave, pues estos estados predisponen a hipertensión, diabetes y colesterol elevado.
- Mantener el equilibrio entre la energía que ingresa (alimentación) y la que se gasta (actividad física) es fundamental.
Reducir factores emergentes: estrés, contaminación, aislamiento
- Aunque los factores clásicos (presión alta, tabaquismo, colesterol) siguen siendo prioritarios, se reconoce cada vez más la relevancia de los factores emergentes: el estrés crónico, la contaminación ambiental y el aislamiento social contribuyen al riesgo cardiovascular.
- Cuidar la salud emocional, mantener redes sociales a raya y reducir exposición ambiental son acciones complementarias importantes.
El Día Mundial del Corazón no es únicamente una efeméride, sino que además es una oportunidad para reflexionar sobre los riesgos emergentes que afectan la salud cardiovascular y reconocer la importancia de los buenos hábitos para tener una vida larga y plena.