El incremento de las tasas de interés eleva la probabilidad de un freno en la actividad económica nacional

De cara a las elecciones, el Gobierno de la Nación definió su estrategia monetaria: tasas altas en pesos para mantener quieto el dólar y evitar sobresaltos con la inflación.
Sin embargo, a inicios de agosto comenzaron a aparecer señales de que dicho camino va a profundizar la debilidad que esta atravesando la actividad económica del país.
Un ejemplo del impacto de las tasas es que los adelantos en cuenta corriente para empresas pasaron de un promedio de 36% en junio, a un máximo de 93% a mitad de agosto.

El efecto ya se siente en el crédito: de crecer 3% real en junio y julio respecto al mes previo, vienen aumentando 2,5% en lo que va de agosto, detalló la consultora Equilibra.
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La actividad empezó a dar señales de debilidad antes de que arrancara la suba de tasas en julio. GMA Capital indicó que la economía se retrajo nuevamente en junio y se ubicó en niveles por debajo de diciembre de 2024.
Si bien el consenso de mercado proyecta en promedio un 5% de crecimiento para 2025, sostenido en el desempeño de la primera parte del año, GMA Capital señaló que para alcanzarlo, “la economía debería encadenar ahora más de un 0,6% mensual en promedio”.
El futuro económico tras las elecciones
En sintonía, Invecq remarcó que “el segundo semestre aparece condicionado por los niveles de tasa de interés históricamente altos que no son compatibles con una recuperación de la actividad por el encarecimiento del crédito“.
En la previa de las elecciones, la consultora vaticinó que “tras la tensión electoral, se espera un reacomodamiento en la relación tasa-dólar, con una baja de tasas y un tipo de cambio más alto, equilibrio que podría aportar algo de aire a la actividad económica en el cierre del año”.

Por su parte, Equilibra plantea dos escenarios posibles tras las elecciones: una baja de tasas sostenida por una victoria oficialista, que permitiría aliviar las presiones cambiarias y reducir el riesgo país sin requerir una fuerte corrección del dólar.
En cambio, el otro panorama es un ajuste cambiario orientado a recuperar competitividad externa, sumar reservas y bajar el riesgo país, aunque con el costo de más inflación y recesión en el corto plazo.