El Banco Mundial destacó la baja de la inflación y el superávit fiscal de Argentina, aunque redujo la previsión de crecimiento

El Banco Mundial actualizó la previsión de crecimiento de Argentina, con una baja con respecto al último dato. El informe del organismo indicó que habrá un avance del 4,6% en 2025, mientras que pasará a ser del 4% en 2026 y 2027.
El texto también apunta un notable rebote económico, tras dos años de recesión.

El FMI ha acordado respaldar al país con un programa de créditos de 20.000 millones de dólares y EE.UU. negocia líneas de swap y compra de deuda.
“Se observan los primeros signos de mejora en el consumo y la inversión, ambos del sector privado, apoyados por la implementación inicial del plan de estabilización gubernamental, que ha coincidido con una menor inflación y un superávit fiscal”, detallan en el informe acerca de Argentina.
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Si bien en América Latina se mantienen los déficits fiscales en valores elevados, destaca a Argentina como “un caso distinto”: “Recientemente ha logrado avances significativos hacia la consolidación fiscal, consiguiendo superávits fiscales”.
El Banco Mundial advirtió que el crecimiento en Latinoamérica es “el más lento entre las regiones del mundo”
La región mantiene su ligero avance, aunque el BM asegura que es “el más lento entre las regiones del mundo”. El organismo propone invertir en capital humano y crear un entorno favorable para las empresas como puntos clave para estimular el crecimiento.

El organismo presentó su informe económico para la región ‘Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento’, que cuenta con una actualización de las perspectivas de crecimiento difundidas en junio de 2025.
“Seguimos pronosticando una ligera mejora en Latinoamérica, pero la economía mundial se ha vuelto un poco más desafiante desde nuestra última previsión”, explicó en una entrevista con EFE William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del BM.
En particular señala la ralentización de la reducción de las tasas de interés como una de las principales “complicaciones” para Latinoamérica porque supone que “la financiación externa es cara” y que “no se pueden bajar las tasas de interés propias por temor a la salida de capitales”.