Pollo al horno con papas: el paso a paso para alcanzar los sabores de la histórica receta de Doña Petrona
El pollo al horno con papas es un verdadero clásico de la cocina argentina y vuelve a tomar relevancia este invierno gracias a la inconfundible receta de Doña Petrona, el mayor ícono de la gastronomía nacional.
Con ingredientes sencillos y una preparación que evoca los sabores de antaño, este plato es ideal para los fines de semana, especialmente durante el invierno, ya que es rendidor, calórico y une a toda la familia.
Doña Petrona, fue una de las figuras más importantes de la cocina argentina en el siglo XX. Su programa “Buenas tardes, mucho gusto” y sus célebres libros de cocina marcaron generaciones. Entre sus recetas más populares se encuentra esta versión del pollo con papas, que incluye un toque especial: panceta y manteca, dos ingredientes que realzan el sabor y aseguran un plato sabroso y rendidor.
Paso a paso: la mejor receta del pollo con papas a la manteca de Doña Petrona
Ingredientes:
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- 1 pollo entero, limpio y sin vísceras
- 100 g de panceta en fetas
- 2 cucharadas de manteca
- 2 cucharadas de aceite (preferentemente de oliva)
- Jugo exprimido de un limón
- 3 dientes de ajo picados
- 1 kg de papas
- 1 cebolla cortada en juliana
- Caldo o vino blanco
- Perejil picado
- Sal y pimienta a gusto
Preparación:
Limpiar bien el pollo y secarlo con papel de cocina. Realizar cortes en la pechuga y los muslos para que absorba mejor los sabores. En un bowl, mezclar la manteca pomada, el aceite, el ajo, la sal, la pimienta y el jugo de limón. Pintar todo el pollo con esta preparación y dejar reposar por 10 minutos.
Colocar fetas de panceta dentro de los cortes del pollo. Esto no solo aporta sabor, sino que mantiene la carne húmeda durante la cocción. En una fuente para horno, disponer las papas cortadas en rodajas (a la española) y la cebolla en juliana. Salpimentar, añadir perejil picado y ubicar el pollo encima.
Llevar al horno precalentado a 190 °C y cocinar durante aproximadamente 1 hora y 15 minutos. Durante la cocción, ir bañando el pollo con caldo o vino blanco. Darlo vuelta a mitad de tiempo para lograr un dorado parejo. Servir caliente y disfrutar de un plato tradicional que nunca pasa de moda.
