Año perdido para la educación

La inversión en el rubro es la más baja en la última década. Esto se suma a los pocos días de clases, lo que justifica -para IDESA- declarar al 2005 como un año “académicamente perdido”.

Por Canal26

Domingo 18 de Septiembre de 2005 - 00:00



(NA)La inversión en educación se ubica en la actualidad en el orden del 4 por ciento respecto del PBI, una cifra que resulta la más baja de los últimos 10 años, según un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

El trabajo indica que durante 2001 la inversión en educación era de 5,2 por ciento del PBI, pero como consecuencia de la caída en los sueldos docentes que produjo la devaluación disminuyó al 4 por ciento.

"Si se cumplieran con las metas que se proponen en la Ley de Financiamiento Educativo, cuando el Gobierno concluya su mandato en 2007 la inversión llegaría del 5 por ciento del PBI. Es decir, menos que antes de la devaluación", asegura el informe de IDESA.

La entidad señaló que "el problema ya no sólo son los bajos niveles de aprendizaje sino que la cantidad de días de clases perdidos en 2005 justifica declararlo como un año académicamente perdido".

"Esta contradicción entre la declamación y los hechos se explica por el desorden que prevalece en la organización del sistema educativo argentino", consideró la entidad.

En este sentido, explcó que "el progreso individual de las personas y el desarrollo social en general depende decisivamente de la inversión en formación" y agregó que "es muy difícil que una persona obtenga una buena inserción laboral si no tienen una buena formación".

"Es imposible que un país crezca con equidad sin haber previamente invertido en la formación de sus habitantes", consideró.

Sin embargo, advirtió que "la dirigencia política argentina ha incorporado en su discurso el reconocimiento al valor estratégico de la educación pero sigue tomando decisiones en el sentido opuesto".

Señaló que "la aparente voluntad política por dar prioridad a la inversión en educación se canaliza hacia cuestiones secundarias, sin adentrarse en los problemas sustanciales asociados a la organización institucional del sector".

"El problema medular no es la baja inversión sino las reglas de juego que inducen a que la inversión sea baja y muy mal asignada", alertó.
Dijo que "el problema educativo no será resuelto con una ley que fija intenciones de financiamiento hacia el futuro" y añadió que "resulta crucial encauzar los importantes consensos alcanzados para avanzar en la transformación de las reglas básicas de funcionamiento del sistema educativo".