Malas noticias para miles de argentinos: se aprobó el decreto que limita el acceso a la ciudadanía italiana
Después del decreto que presentó la Primera ministra Giorgia Meloni para modificar el trámite que permite obtener la ciudadanía italiana, el Parlamento aprobó la medida tras la revisión en la Cámara de Senadores y ahora de Diputados, donde obtuvo 137 votos a favor, 83 en contra y 2 abstenciones.
De este modo, Italia convalidó definitivamente una ley que limita la concesión de la nacionalidad a descendientes de italianos en el extranjero para frenar la avalancha de solicitudes, especialmente notable en Sudamérica. Así, miles de ciudadanos argentinos bisnietos de italianos quedarán sin la posibilidad de acceder al trámite desde la Argentina.
El vicepresidente italiano y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, impulsor de esta medida, explicó en una rueda de prensa en marzo que las solicitudes de nacionalidad se multiplicaron en los últimos tiempos, justificándolas en muchos casos en antepasados muy remotos.
En el texto se especifica que este fenómeno es "particularmente significativo" en Sudamérica debido a los grandes flujos migratorios de Italianos a finales del siglo XIX y tras la II Guerra Mundial.
Modificaciones en la ciudadanía italiana
Italia concede su nacionalidad siguiendo, entre otras vías, el principio de 'Ius Sanguinis', es decir, por descendencia o filiación, lo que hizo que muchas personas extranjeras pero descendientes de antiguos emigrantes italianos la hayan reclamado.
Ahora solo se concederá durante dos generaciones, es decir, si el solicitante tiene un progenitor -biológico o adoptivo- o un abuelo nacido en Italia. También si el padre o madre de un solicitante nacido en el extranjero residieron "al menos durante dos años consecutivos" en el país europeo antes de su nacimiento.
El Gobierno de Giorgia Meloni aprobó el 28 de marzo esta medida que limita la concesión de la nacionalidad a los descendientes de Italianos que residen en el extranjero para frenar las solicitudes. La nueva legislación fue aprobada originariamente como un decreto-ley, un instrumento usado en momentos de urgencia y que debe ser revalidado por las dos cámaras parlamentarias en el plazo de 60 días, lo que se consiguió finalmente este martes.
La oposición criticó duramente la nueva ley. El diputado del Partido Demócrata, Toni Ricciardi, recordó que un rasgo de la 'italianidad' es la emigración del pasado y que, por ello, puede hallarse "en la lengua y las tradiciones" de Brasil o Argentina.