Una carrera llena de éxitos: la impresionante fortuna de Robert Redford al momento de su muerte

Robert Redford, nacido en 1936 en Santa Mónica, en el estado de California, es una de las estrellas más reconocidas del cine estadounidense y tuvo un gigantesco impacto en Hollywood como actor, director y promotor de la escena de cine independiente con la creación de Festival de Sundance. Esto, obviamente, le permitió amasar una gran fortuna.
El artista estadounidense supo combinar su pasión por el cine con inversiones inteligentes y proyectos ecológicos (llegó a intervenir ante un panel celebrado en al ONU sobre el cambio climático en el que se presentó como “un actor de profesión, pero un activista por naturaleza”), logrando un patrimonio impresionante.

Según Celebrity Net Worth, la fortuna de Redford se estimaba en 200 millones de dólares, una cifra alcanzada tras seis décadas de actividad ininterrumpida en cine, televisión, producción y emprendimientos vinculados a la cultura y el medio ambiente.
Aunque es internacionalmente conocido por sus papeles en clásicos como “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (1969), “The Sting” (1973) y “All the President’s Men” (1976), Redford no limitó su fuente de ingresos a la actuación. Desde temprano, buscó expandir su participación en la industria, trabajando como director, productor y guionista.
También podría interesarte

Por si fuera poco, no de los hitos económicos más destacados de Redford fue su incursión en el negocio inmobiliario. Tras consolidar su carrera en Hollywood, adquirió una amplia propiedad en las montañas de Utah, donde funcionaba el modesto centro de esquí Timp Haven. Lo rebautizó como Sundance, en homenaje a su icónico personaje, y lo transformó en un proyecto cultural y turístico que terminó evolucionando en un complejo que integra arte, emprendimiento y conciencia ambiental.
El legado económico más duradero de Robert Redford fuera de la actuación
El Festival de Cine de Sundance, creado oficialmente en 1985, se consolidó como el mayor legado económico de Redford más allá de su carrera actoral. Dedicado al cine independiente, se transformó en una de las vitrinas más prestigiosas para realizadores emergentes y en la cuna de numerosos talentos que después triunfaron en Hollywood. Además de su relevancia cultural, el evento genera millones de dólares en ingresos tanto para sus organizadores como para la economía local de Utah.
El certamen consiguió erigirse como la plataforma más importante del cine independiente y le hizo estar orgulloso principalmente de cómo impulsó la diversidad.
Sus pantallas presentaron algunas de las películas “más innovadoras de las últimas tres décadas”. Fue el caso de ‘An Inconvenient Truth’, ‘Reservoir Dogs’, ‘Call Me by Your Name’ o ' Little Miss Sunshine’.