¿Tercera Guerra Mundial a la vista?: documentos clasificados de la OTAN alertan que Rusia avanza en al menos tres nuevas armas nucleares

El país presidido por Vladímir Putin desarrolla misiles de crucero de propulsión nuclear, vectores móviles de alcance intermedio y drones submarinos. Preocupación en Occidente.

Rusia avanza en la construcción de tres armas nucleares.
Rusia avanza en la construcción de tres armas nucleares. Foto: EFE

En pleno conflicto bélico con Ucrania, Rusia está acelerando como nunca la producción de armamento letal. Tanto es así que, después de poner en servicio el rompehielos atómico Stalingrado —y consolidarse como el único país con una flota de rompehielos nucleares—, ahora avanza en el desarrollo de al menos tres nuevas armas nucleares.

El plan salió a la luz tras filtrarse documentos clasificados de la OTAN que advierten sobre la fabricación de capacidades estratégicas que podrían alterar el equilibrio militar en el espacio euroatlántico. Entre ellas figuran misiles de crucero de propulsión nuclear, vectores móviles de alcance intermedio y drones submarinos concebidos para atacar infraestructura costera crítica.

Rusia avanza en la construcción de tres armas nucleares. Foto: EFE

La evaluación sostiene que Moscú está acelerando el despliegue de sistemas que combinan gran autonomía, movilidad táctica y capacidad nuclear, lo que reduce los tiempos de advertencia y dificulta la defensa antimisiles de la OTAN. Este escenario se conoció poco después de que Rusia probara misiles para simular una respuesta “masiva” a un primer ataque nuclear, una demostración de fuerza que llevó a Donald Trump a anunciar que Estados Unidos retomaría las pruebas nucleares.

Las tres armas nucleares que prepara Rusia

En un contexto de creciente tensión estratégica, nuevos documentos de inteligencia revelan que Rusia avanza en tres sistemas nucleares de alto impacto que inquietan a la OTAN: el Burevestnik, un misil de crucero de propulsión nuclear con autonomía inédita; el Oreshnik, un misil balístico móvil de alcance intermedio que reabre viejas alarmas del periodo INF; y el Poseidon, un dron submarino nuclear capaz de operar a grandes profundidades y golpear infraestructura costera crítica.

Los documentos señalan que la principal fuente de preocupación es el Burevestnik, cuyo desarrollo comenzó hace más de una década. Tras los ensayos fallidos de 2018 y 2019, Putin aseguró hace apenas tres semanas que el proyecto está “completado”. La OTAN lo describe como un sistema hiperautónomo, capaz de volar a más de 900 km/h durante horas, con una maniobrabilidad extrema, trayectoria impredecible y capacidad de lanzamiento desde plataformas móviles, lo que complica sustancialmente su detección. Según Moscú, en su última prueba habría recorrido 14.000 km en 15 horas, una performance inédita que permitiría rutas de ataque no tradicionales sobre océanos o regiones polares.

Rusia avanza en la construcción de tres armas nucleares. Foto: EFE

En paralelo, surge el Oreshnik, un misil balístico que habría sido probado en plena guerra en Ucrania y podría alcanzar hasta 5.500 km, con la capacidad de portar diversos tipos de cargas, incluida una ojiva nuclear. Su movilidad terrestre lo vuelve especialmente difícil de rastrear y combina características que recuerdan al armamento prohibido por el extinto Tratado INF, un elemento que explica la sensibilidad del hallazgo: un arma así podría golpear objetivos en Europa en apenas minutos.

El tercer elemento inquietante es el avance del Poseidon, el dron submarino nuclear de gran autonomía, junto con los submarinos diseñados para desplegarlo. La OTAN advierte que su propulsión nuclear le otorgaría autonomía prácticamente ilimitada, operando a grandes profundidades donde la detección es extremadamente compleja. Concebido para destruir bases navales, puertos e infraestructura costera, el sistema podría emplearse —según la Alianza— contra objetivos en la costa este de EE.UU., el Reino Unido y Francia.