Genevieve Jeanningros, la monja amiga del papa Francisco que se saltó el protocolo y lo despidió desde cerca en su funeral

Ninguno de los innumerables miembros de la Guardia Suiza Pontificia ni nadie que esté custodiando cada rincón del Vaticano se animó a detenerla. Es que no había "justificación" para hacerlo, solo fue una mujer emocionada por la partida de un amigo.
Esa fue la imagen que se viralizó de la hermana Genevieve Jeanningros, de 81 años, para despedir al papa Francisco, en la basílica de San Pedro.
Ella forjó una entrañable amistad con Jorge Bergoglio y cuenta con la particularidad de ser sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas secuestradas durante la última dictadura argentina por Alfredo Astiz.
Una amistad genuina con el papa Francisco
Fue un vínculo especial, profundo y genuino. Así podría describirse la amistad entre sor Geneviève y el papa Francisco. Ella jugó un papel crucial para mostrarle la realidad de los feriantes y de las personas transexuales que vivían al margen de la sociedad en las afueras de la ciudad de Roma.
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Despedida del papa Francisco. Foto: Reuters/Vatican Media.
A menudo Francisco recibía en el Vaticano a grupos que sor Geneviève traía de la mano, incluso algunos de ellos que trabajaban en la prostitución.
También la monja organizaba encuentros donde los más necesitados podían compartir sus historias de vida con el Papa. Inclusive, luego de buscar la ayuda del cardenal limosnero del Vaticano, Konrad Krajewski, logró llevarle asistencia a las personas que trabajaban en las ferias y a la comunidad trans durante los meses más severos del COVID-19.
Para julio de 2024, y gracias a la incansable labor de sor Geneviève, el Papa visitó el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes, una acción histórica que dejó marcado a los que participaron del encuentro.
Por ello, el gesto de ella de saltearse el protocolo se interpreta como la consternación de una persona por ver partir a su amigo y la tristeza que significa no poder compartir más con él en el plano terrenal, más allá de que esa persona sea ni más ni menos que el Papa.
Sor Geneviève Jeanningros no formaba parte del protocolo que solo le permitía a los cardenales y a los obispos acercarse al féretro, pero ella se vio impulsada a romper ese protocolo para brindarle a Jorge Bergoglio sus últimos respetos.
Una imagen que conmueve, que llega al alma y que da cuenta de la bondad de Francisco y de cómo su partida caló hondo en los corazones de muchos.