Cada vez más países prohíben las redes sociales para menores de edad: ¿qué sucederá en Argentina?

A nivel internacional crece la preocupación por el impacto de los algoritmos, la exposición a contenido dañino y las mecánicas adictivas que ya forman parte de las grandes plataformas.

Menores de edad tienen limitado el acceso a redes sociales en Australia.
Menores de edad tienen limitado el acceso a redes sociales en Australia. Foto: REUTERS

En un contexto de creciente presión regulatoria sobre las grandes tecnológicas para proteger a los menores en el entorno digital a lo largo y ancho del mundo, en varios países empieza a consolidarse la idea de que los menores no deberían tener acceso libre a redes sociales ni a plataformas digitales persuasivas.

Mientras Australia avanza con la prohibición total para menores de 16 años y la Unión Europea discute un nuevo estándar que podría reconfigurar el ecosistema digital global, ¿qué pasará en Argentina?

Redes sociales bloqueadas en Australia para menores de 16 años. Foto: REUTERS

Es que, aunque cada país se mueve con velocidades distintas, la tendencia mundial apunta hacia una mayor intervención estatal, más verificación de edad y responsabilidades empresarias más severas.

En el caso argentino, si bien aún no existe una regulación integral similar a la que propone Europa o a la que ya sancionó Australia, comienzan a aparecer señales. Entre ellas, se destaca la decisión del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, que bloqueó el uso de Roblox en todas las redes de los centros educativos porteños con el objetivo de evitar que los estudiantes queden expuestos a los riesgos asociados a esa plataforma.

A nivel nacional también hubo movimientos. En 2024, la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP) publicó Nuestro Mundo Digital, una guía destinada a adolescentes que ofrece pasos concretos para proteger su privacidad y sus derechos en línea. Un año después, en 2025, el organismo lanzó una campaña de sensibilización orientada a padres y docentes, con el fin de promover el uso responsable de las herramientas tecnológicas y explicar qué medidas pueden tomar para cuidar la seguridad y la privacidad de niños y adolescentes.

Menores de edad utilizando redes sociales. Foto: REUTERS

Sin embargo, el marco legal argentino actual introduce matices importantes. La normativa vigente considera que, a partir de los 13 años, los niños pasan a ser adolescentes y pueden ser titulares de cuentas en redes sociales. El artículo 26 del Código Civil y Comercial establece que, desde esa edad, pueden tomar decisiones autónomas frente a tratamientos médicos no invasivos. Ese reconocimiento legal de madurez presume que comprenden el alcance de sus decisiones, lo que se extiende también a la posibilidad de manejar sus propios perfiles digitales.

Australia se prepara para el veto a las redes sociales a los menores de 16 años

Australia se prepara para la entrada en vigor de la ley que impedirá a los menores de 16 años tener cuentas en las principales redes sociales, una medida que el Gobierno presenta como un paso decisivo para proteger su salud mental, y que abrió un debate sobre sus posibles riesgos.

Aprobada tras meses de deliberaciones y consultas parciales con expertos y organizaciones, la normativa, que entra en vigor mañana, exige a Facebook, Instagram, Threads, TikTok, YouTube, Snapchat, X, Reddit, Discord y Kick demostrar que tomaron “medidas razonables” para identificar y desactivar cuentas de usuarios por debajo de la edad permitida.

El bloqueo masivo de plataformas para menores de edad en Australia. Foto: REUTERS

La ley es pionera al trasladar por primera vez la responsabilidad directa a las plataformas digitales, que corren el riesgo de enfrentar multas de hasta 32 millones de dólares si incumplen la normativa.

El Ejecutivo australiano sostiene que los adolescentes están sometidos a una presión creciente en los entornos digitales y que la exposición temprana a redes sociales puede agravar problemas de ansiedad, baja autoestima o aislamiento escolar. Entre los riesgos más citados figuran el ciberacoso, engaño pederasta (‘grooming’), el acceso a contenidos violentos o misóginos y la manipulación algorítmica. Para las autoridades, la prohibición establece un marco claro en un ámbito considerado insuficientemente regulado.