El rincón de ensueño ubicado en Córdoba que pasa desapercibido: qué actividades se pueden hacer

Córdoba, una de las provincias más elegidas para descansar en las vacaciones, guarda rincones de ensueño y que aún no fueron invadidos por completo. Se trata de Estancia Vieja, una pequeña localidad que parece estar detenida en el tiempo.

Si bien se asoma desde la Ruta Nacional N° 38 y cuenta con pocos comercios, su encanto que enamora está entre sus calles. Allí nacieron senderos bajo frescos, una antigua construcción colonial y un arroyo que acompaña el camino rodeado de naturaleza.
Dónde está ubicada Estancia Vieja
Estancia Vieja se ubica en el corazón del Valle de Punilla, a más de 40 kilómetros de la capital de Córdoba. Es uno de los tantos rincones que están en los alrededores de la Ruta Nacional N° 38, pero que pasa desapercibido.

Al entrar a este pueblito, los turistas se encuentran con casas dispersas entre la vegetación, que se entrelaza con parcelas sembradas y las sierras que dominan el paisaje. Además, la escultura de Los Gigantes completa el cuadro.
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En Estancia Vieja predomina la tranquilidad y se puede respirar aire natural, por lo que se recomienda caminar, observar y, simplemente, descansar.
Qué actividades se pueden realizar en Estancia Vieja
Una de las aventuras que se puede realizar en este pueblito es la visita a un área natural llamada El Bosquecito. El camino comienza en la calle Delacroix —mano izquierda tras el cartel de bienvenida viniendo desde Carlos Paz— y sigue hasta llegar a la calle 80, donde hay un molinete verde que marca la entrada a este paraíso.

Al ingresar al área natural, se puede sentir frescura incluso en días de mucho calor. Además, allí se encuentra el cauce de un arroyo cristalino que, en algunos momentos, forma pequeñas cascadas. También cuenta con árboles de especies como olmos y ligustros.
A medida que se avanza en el camino, se encuentra un paredón de piedra y muros de adobe que todavía están allí, a pesar del paso del tiempo. Plantas y enredaderas se trepan por las piedras, dándole un toque de selva al lugar.

Luego, el sendero termina desembocando en el río Los Chorrillos, donde empiezan los balnearios y la costanera, perfecto para descansar y tomar algo en alguno de los bares antes de regresar.