Viñedos, gastronomía y montañas: el pueblito de 150 habitantes que cautiva con su belleza en la provincia menos pensada

Argentina es un país lleno de paisajes imponentes, y entre ellos, los pequeños pueblitos del norte se destacan por su belleza. Entre todas las provincias del país, hay una que, aunque no recibe el reconocimiento que merece, está repleta de pueblos encantadores y maravillas naturales.
En La Rioja, Villa Sanagasta, con apenas 150 habitantes, se muestra como un tranquilo refugio serrano, perfecto para quienes buscan naturaleza, calma y un pedacito de historia auténtica.
Villa Sanagasta está ubicada a apenas 30 kilómetros de la ciudad de La Rioja , en pleno Valle de Sanagasta. Este pequeño pueblo cautiva con sus cerros rojizos llenos de cactus y cursos de agua que atraviesan el paisaje.

Su atractivo reside en sus casas de adobe y piedra, construidas a comienzos del siglo XX. Con patios floridos y techos de teja, estas viviendas crean un ambiente rústico que se integra armoniosamente con los algarrobos y cactus del entorno.
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Un pequeño pueblo y una gran historia
El primer atractivo aparece ya en el ingreso a Sanagasta, donde un moderno túnel excavado en plena montaña y extendido entre la villa y La Rioja Capital, asombra al viajero por su misma estructura, dando paso en su salida a la majestuosidad del lago artificial formado por el embalse de las aguas del Río Los Sauces.
El alma de Villa Sanagasta se refleja en su legado cultural, conservado en un pequeño museo que muestra herramientas, tejidos y documentos de los primeros pobladores que trabajaron estas tierras áridas. Los recorridos guiados permiten conocer las tradiciones riojanas y la manera en que sus habitantes se adaptaron al clima desértico.

Para quienes disfrutan de la fotografía, las calles polvorientas al atardecer ofrecen una luz perfecta que combina la rusticidad del pueblo con la imponencia de los cerros.
El entorno natural invita a paseos tranquilos por senderos que llevan a quebradas escondidas o a miradores con vistas panorámicas del Valle de Huaco. Durante la primavera, los algarrobos en flor tiñen el paisaje de colores vibrantes, mientras que recorridos en bicicleta permiten descubrir viñedos artesanales y rincones rurales. Estas actividades mezclan aventura y contemplación, siempre respetando el equilibrio del ecosistema local.
En cuanto a la gastronomía, Villa Sanagasta ofrece sabores típicos de la región: empanadas de carne picante, dulces de higo y quesos de cabra, acompañados de vinos torrontés locales. Comer en comedores familiares brinda una experiencia cálida, donde las recetas tradicionales conectan a los visitantes con la historia y la comunidad del lugar.

Villa Sanagasta es un verdadero tesoro escondido en La Rioja. La combinación de su arquitectura rústica, paisajes naturales y la hospitalidad de sus habitantes lo convierte en un destino ideal para quienes buscan tranquilidad y un contacto auténtico con la esencia de un pueblo argentino, donde la serenidad y la tradición conviven en perfecta armonía.