El pueblito del millón de árboles: tiene apenas 300 habitantes y una riqueza natural digna de admirar una escapada de fin de semana

En el corazón de la provincia de Buenos Aires se encuentra un rincón ideal para desconectarse del ritmo de la gran ciudad. Dónde queda.
Cazón, pueblo
Cazón, pueblo Foto: Instagram gui10road

Para quienes planean una escapada un fin de semana largo o simplemente para ir a pasar el día, en el corazón de la provincia de Buenos Aires se encuentra un lugar mágico, habitado por apenas 300 personas y con una riqueza natural inigualable.

Estamos hablando de Cazón, un lugar cuya historia lo convierte en un pequeño paraíso para quienes buscan desconectarse del ritmo acelerado de las ciudades y hacer turismo. Ubicado a unos 180 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el partido de Saladillo, se extiende entre campos abiertos y cielos infinitos, bordeado por un millón de árboles que le dieron su apodo y lo convirtieron en un pulmón verde en medio de la llanura.

Cazón, pueblo Foto: Instagram gui10road

Las calles de Cazón son tranquilas, de tierra, con casas bajas de ladrillo y adobe construidas por inmigrantes italianos y españoles a principios del siglo XX. Los miles de árboles que adornan las calles y los techos coloniales revelan el estilo de vida simple y conectado con la tierra del lugar.

La antigua estación de tren, hoy convertida en un pequeño museo, guarda los recuerdos de una época en la que el ferrocarril era el corazón del pueblo. Los vecinos —siempre dispuestos a conversar— comparten historias de las primeras familias que sembraron trigo, criaron ganado y moldearon con sus manos la identidad de este lugar.

Cazón: el lugar para desconectar y volver a la naturaleza cerca de la Ciudad de Buenos Aires

Lo que distingue a Cazón de otros pueblitos distribuidos en la provincia de Buenos Aires, es su enorme cantidad de árboles, muchos de los cuales forman parte de un vivero histórico que abastece a toda la región. El verde lo cubre todo: álamos, eucaliptos, sauces y otras especies autóctonas y exóticas que crean una postal única en la provincia.

Este pueblito invita al turista a recorrer sus caminos rurales en bicicleta o a pie y conducen a lugares bellísimos como la Laguna de Cazón, un espejo de agua donde abundan aves silvestres como garzas, patos y flamencos. Los atardeceres son, literalmente, de película: cielos pintados de naranja y violeta, reflejados en la quietud del agua y entre los árboles.

Cazón, pueblo Foto: Instagram gui10road

Además, la gastronomía de Cazón se destaca por sus comedores familiares, donde se pueden probar las mejores empanadas caseras, el asado criollo y los mejores postres de la zona, todo producido allí mismo.

Visitar Cazón no es solo una escapada rural, es una experiencia sensorial. Es caminar entre árboles centenarios, escuchar el silencio interrumpido solo por pájaros, y sentir cómo la historia se respira en cada rincón. Es un lugar para frenar, respirar hondo y reconectar con lo esencial.