Inversores chinos se interesan en la construcción del puente Buenos Aires-Colonia: los detalles de la mega obra

El proyecto para construir un viaducto de más de 60 kilómetros entre las ciudades vuelve a tomar impulso gracias al interés de empresas chinas y a un contexto regional que prioriza la reducción de costos logísticos.

Puente Colonia-Buenos Aires.
Puente Colonia-Buenos Aires. Foto: Grok

El viejo anhelo de unir Argentina y Uruguay mediante un puente sobre el Río de la Plata volvió al debate público recientemente. La iniciativa, que durante décadas quedó estancada pese a contar con estudios preliminares y acuerdos políticos, retoma protagonismo ante el interés de empresas chinas.

El proyecto contempla la construcción de un enorme viaducto entre Punta Lara, en Argentina, y Laguna de los Patos, al este de Colonia, Uruguay, diseñado para reducir costos, potenciar el comercio y conectar tramos clave del corredor bioceánico.

El puente Buenos Aires-Colonia. Foto: Creada con IA

El empresario y exfuncionario Carlos Spadone, expresidente de la Cámara Argentino-China de la Producción, la Industria y el Comercio, recordó la génesis del proyecto y compartió detalles con Canal26.com.

Diseño y características del viaducto Argentina-Uruguay: doble carril y un ferrocarril

Según los proyectos originales, el puente -denominado Viaducto Argentina-Uruguay (VAU)- tenía una extensión superior a los 60 kilómetros e incluiría dos corredores de la mano derecha para ir y dos de la mano izquierda para volver, contó Spadone.

“Había también una línea férrea de una sola vía, una especie de tren que iba y volvía por la misma vía para no hacer dos iguales”, recordó.

La estructura debería tener, además, tres secciones elevadas para permitir la navegación por debajo. Siempre según el proyecto inicial, tendría:

  • Una principal de 75 metros de altura, suficiente para que transiten los barcos de mayor porte, que hoy alcanzan hasta 58 metros.
  • Dos secciones adicionales, de 40 y 25 metros, para el paso de embarcaciones de menor tamaño.
Bocetos para la creación del puente Buenos Aires-Colonia. Foto: Punta Lara, un balneario con historia.

De concretarse, la construcción demandaría unos dos años y generaría entre 2.000 y 2.500 empleos directos, además de cerca de 20.000 indirectos en servicios como catering, repuestos y logística.

El contrato de concesión incluiría, además, la obligación de realizar los dragados necesarios para evitar problemas ambientales como la acumulación de sedimentos en los pilotes.

Impacto en la conectividad y el costo de la logística entre ambos países

El proyecto podría reducir notablemente la distancia entre Buenos Aires y Montevideo, pasando de más de 500 kilómetros a 292.

Esa diferencia podría recortar a menos de la mitad los costos logísticos en el transporte de mercancías entre ambas capitales, que hoy deben desviarse hacia los puentes del litoral norte.

El interés de China en la construcción de puente Colonia-Buenos Aires

El impulso original del puente se remonta a los años 80, cuando Carlos Spadone -por entonces secretario político del Partido Justicialista- comenzó a tejer relaciones con figuras políticas chinas y a contactar empresas interesadas en posibles proyectos de infraestructura.

Durante los gobiernos de Carlos Menem y Julio María Sanguinetti se firmó un tratado bilateral que habilitaba la construcción mediante inversión privada y concesión por 50 años. La iniciativa obtuvo la aprobación del Parlamento uruguayo y también atravesó la Cámara de Diputados argentina, pero se estancó al no llegar a tiempo al Senado, lo que frenó el avance.

A comienzos de los 2000, Spadone volvió a activar gestiones: invitó a dos compañías chinas para realizar un preestudio técnico, apoyándose en el marco legal ya establecido. Sin embargo, el impulso volvería a interrumpirse años después hasta la actualidad, cuando las condiciones cambiaron. El enfoque geopolítico del gobierno actual, orientado a reducir costos logísticos y atraer inversión, abre una nueva posibilidad para reflotar el viaducto. Dos empresas chinas ya manifestaron interés, y la obra se financiaría íntegramente con capital privado.

Una de las empresas chinas interesadas cuenta con capital mixto -público y privado-, mientras que la otra se financia exclusivamente con fondos privados. Ambas proyectan recuperar la inversión a través del cobro de peajes.