En el corazón de la antigua Ruta de la Seda se encuentra Samarcanda, un paraíso histórico que guarda entre sus edificaciones las historias y leyendas más cautivadoras para sus viajeros y que enamora a través de su arquitectura, comidas y cultura.
Por Canal26
Sábado 3 de Febrero de 2024 - 09:14
Ubicada en un rincón remoto de Asia, existe Samarcanda, una ciudad conocida por ser una de las más antiguas y cautivadoras del mundo. Fundada alrededor del 700 a.C., esta metrópoli fue testigo de la convergencia de culturas con el paso de los años y desarrolló un papel crucial en la antigua Ruta de la Seda, cautivando a miles de viajeros y comerciantes en su historia.
Los monumentos que adornan sus calles, desde majestuosas mezquitas hasta mausoleos y edificaciones imponentes, convierten a Samarcanda en la joya de Uzbekistán, junto con Jiva y Bujara, otras dos capitales medievales de la Ruta de la Seda. El poeta británico James Elroy Flecker refleja el magnetismo de la ciudad dedicándole las palabras: "Por el ansia de saber lo que no debe saberse, tomamos la Ruta Dorada a Samarcanda".
Esta ciudad que tiene mucho para ofrecer desde su historia hasta su arquitectura, también posee el poder de encantar a todo aquel que se encuentre de viaje, y se recomienda que se le pueda dedicar por lo menos 3 días para conocer y recorrer la mítica Samarcanda.
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Samarcanda, la ciudad en donde la icónica Plaza de Registán, hogar de las Madrazas Ulugbek, Sher Dor y Tilla-Kari, ofrece un espectáculo arquitectónico que retiene hasta el día de hoy la esencia de la antigua Ruta de la Seda.
El Shah-i-Zinda, una necrópolis del siglo XIV, se propone muchas veces como el lugar más impresionante, con mausoleos que deslumbran con azulejos turquesa y cúpulas arquitectónicas que son un ejemplo a seguir. Allí podemos encontrar los vestigios relacionados con Temur, el influyente gobernante del siglo XIV, desde el imponente Gur-e-Amir, su mausoleo en oro y turquesa, la monumental mezquita Bibi Khanum y el observatorio científico de su nieto, Ulug Bheg.
Sus edificios no sólo son parte de la historia, sino que también albergan leyendas, como la del mausoleo de San Daniel, profeta del Antiguo Testamento, cuya ubicación exacta es motivo de debate, pero que el santuario en Samarcanda contiene una creciente colección de reliquias.
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Algo que sin dudas no pasa desapercibido, son los sabores vibrantes de la cocina uzbeka en Samarcanda, donde el emblemático plov, que es un plato de pilaf de arroz, se roba el protagonismo en múltiples ocasiones como uno de los platillos más característicos. Con variaciones que incluyen zanahorias, ternera, pasas y cebollas, cada familia regional ofrece su receta única de plov, algo que es casi una obligación probar.
Acompañando muchas comidas está el obi non, un pan recién horneado en un horno de barro y adornado con detalles estampados, disponible en puestos de souvenirs locales. Para opciones más saludables, el achichuk, una fresca ensalada de tomate con cebolla y un toque de picante, o el manti, que son bollos de masa rellenos de calabaza o espinacas.
Por otro lado, las samsa, pequeños triángulos de masa rellenos de carne también son otra opción muy popular, y las clásicas shashlik, que son brochetas de diversas carnes. Para los amantes de los fideos, está el lagman, un plato típico muy solicitado.
Combinando la historia local con un indiscutible nivel de arte culinario, encontramos el kurt, unas pequeñas bolitas blancas y firmes, a base de queso seco fermentado con leche agria de animales autóctonos. Utilizados como platillo desde la época de la Ruta de la Seda, el kurt está tan arraigado en Samarcanda como las edificaciones tan distintivas.
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Samarcanda cuenta con una variedad de opciones de alojamiento, además de tener la presencia de cadenas internacionales, también tiene ofrece encantadores hoteles boutique cerca de la plaza del Registán. Hay para todos los gustos.
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Explorar la antigua ciudad de Samarcanda a pie asegura un recorrido de placer visual, con calles que invitan a la curiosidad. Para distancias más extensas, como la estación de tren, el aeropuerto o el Observatorio de Ulug Bheg, los taxis son una opción económica y fácil de encontrar, aunque es muy importante acordar el precio antes de subir, para evitar estafas o malos entendidos sobre todo para quienes van a hacer turismo.
Para excursiones más extensas, como a Shakhrisabz, la elección óptima es contratar un conductor y guía privados para una experiencia más personalizada.
El aeropuerto internacional principal se encuentra en la capital, Tashkent, desde donde se puede tomar un vuelo de Uzbekistan Airways a Samarcanda o elegir la opción del tren, con el rápido Afrosiyob Express, que conecta las dos ciudades en aproximadamente dos horas. Para reservar los asientos del tren, se puede hacer vía web, pero la demanda es alta, por lo que se recomienda hacerlo con la mayor anticipación posible.
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