Un recorrido por La Cumbrecita, el único pueblo peatonal del país

En el valle cordobés de Calamuchita es una aldea con herencia centroeuropea. Destino perfecto para vivir aventura y naturaleza en un mismo lugar.

Por Canal26

Sábado 5 de Noviembre de 2022 - 08:09

 Dir_Turismo La Cumbrecita_gentileza_2Foto. Gentileza Dir.Turismo La Cumbrecita

En Argentina existe un pueblo lindo como un cuento, al que desde hace años no se puede ingresar con vehículos. Está enclavado en las montañas de Córdoba, rodeada de pinares, y sus calles de ripio solo se pueden recorrer a pie o en bicicleta.

La Cumbrecita es el único pueblo peatonal del país y uno de los destinos más populares en el cordobés Valle de Calamuchita. Este pequeño paraíso combina un entorno privilegiado, descanso, puntos icónicos y turismo de aventura.

Al llegar a la localidad, el vehículo se estaciona en un predio comunal en el ingreso, sobre la ruta. Y hay que cruzar un pequeño puentecito para sentirse dentro de la ciudad, con el ánimo dispuesto a realizar una jornada activa de caminata, disfrute y contacto con la naturaleza.

 Dir_Turismo La Cumbrecita_gentileza_3Foto. Gentileza Dir.Turismo La Cumbrecita

El modelo turístico que propone la ciudad es admirado en muchos países del mundo, porque encuentra un equilibrio perfecto entre las fuerzas naturales y la acción humana.

Viajar en avión. Foto Unsplash.

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Recorrer La Cumbrecita antes y después de hundirse en la montaña

Ir paso a paso es la mejor forma de sumergirse en la magia que propone la villa. El casco céntrico tiene traza irregular, calles curvas y puntos panorámicos con las mejores vistas hacia el valle.

Pero la arquitectura de notable influencia alpina es la protagonista de todas las miradas. Edificios construidos con piedra y madera, grandes ventanales y techos a dos o cuatro aguas le dan a La Cumbrecita una identidad inconfundible.

Desde la Plaza Seca en el ingreso, la aventura de encontrar la capilla histórica ideada por Helmut Cabjolsky, uno de los pioneros en esta parte del valle, es imperdible.

A pocos metros se encuentra la Fuente, la Plaza de los Pioneros y el Castillo, en el que vivió Erwig Müller, otro de los primeros habitantes. Según dicen, de acuerdo a su humor colocaba una bandera en la puerta de su casa: el color verde era señal de bienvenida.

El Mercado Artesanal es el lugar más distinguido para encontrarse con los productores locales y el resultado de su trabajo: finas artesanías, hilados, cerámica, y otras propuestas de altísima calidad.

Al regresar al pueblo, después de haberse aventurado por los senderos, bosques y cascadas, bueno es sumergirse en una experiencia de sabores.

 Dir_Turismo La Cumbrecita_gentilezaFoto. Gentileza Dir.Turismo La Cumbrecita

Una merienda en las típicas casas de té, la mayoría con nombre y estilo alemán, propone desde empanaditas de frambuesa o los clásicos pretzel o strudel de manzanas.

Cenar o almorzar puede agudizar los sentidos. La cocina gourmet es la estrella para los visitantes más sibaritas que suelen degustar goulash, spatzle, salchichas alemanas y chucrut.

Villa Llanquín. Foto: NA

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Turismo y aventuras 

La Cumbrecita es famosa por su oferta de turismo aventura. Además de las caminatas y el senderismo, es tendencia desplazarse entre los árboles en la modalidad conocida como “arborismo”.

Observar bosques, cascadas y ríos desde la copa de los árboles permite ver con los ojos de las aves. La sensación también se logra al volar en tirolesas, divertida manera de sentir la adrenalina cruzando la montaña sobre los valles.

 Dir_Turismo La Cumbrecita_gentileza_4Foto. Gentileza Dir.Turismo La Cumbrecita

Hacer escalada o rapel por las paredes verticales de piedra se suma a las propuestas de aventura. Pero allí las sensaciones son otras: el esfuerzo físico se compensa cuando se abraza a la montaña para sentir el calor del sol atrapado en la superficie de las enormes rocas.

Llegar hasta la cascada, hacer trekking en el cerro Wank, sumergirse en el río subterráneo, y un largo etcétera, completan un plan inacabable.

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