El Gobierno bajó las retenciones a las exportaciones de granos: qué implica esto para el campo

Según informó la cartera a cargo de Luis Caputo, la medida buscó aliviar la carga fiscal y mejorar la competitividad del campo.

Retenciones al agro, nueva medida del Gobierno
Retenciones al agro, nueva medida del Gobierno

El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó este martes 9 de diciembre una nueva rebaja en los derechos de exportación para el sector agropecuario. La soja, por ejemplo, pasará a tributar un 24%, en un ajuste que afectará a los principales cereales y oleaginosas.

Según lo explicado por el Gobierno, la medida busca inyectar competitividad al campo argentino frente a un contexto internacional complejo, estimular las exportaciones y favorecer el ingreso de divisas.

La nueva rebaja se dio en un momento de caída del precio internacional de los productos básicos agrícolas, lo que complicó la rentabilidad del sector. Con el nuevo esquema, el Gobierno pretende aliviar la carga impositiva, incentivar embarques y mantener a flote la producción agroexportadora.

Además, el ajuste fiscal que plantea el Ejecutivo pasa por reducir lo que llaman “costo tributario sobre sectores exportadores”, con la intención de atraer inversiones externas, mejorar la competitividad argentina y fomentar la liquidez en dólares.

Cosecha de soja
Cosecha de soja

Qué significa para productores y exportadores

Para los productores de soja y otros granos, la baja de retenciones representa un alivio inmediato porque reduce el costo fiscal que debían asumir por cada tonelada exportada. Eso puede traducirse en mejores márgenes de ganancia, incentivos para sembrar nuevas áreas, o más margen para cubrir costos.

Para exportadores y la cadena comercial, es un mensaje de estabilidad: al reducir la carga impositiva, se vuelve más accesible y rentable vender al exterior, lo que podría incentivar una ola de ventas al extranjero de stocks acumulados.

Cómo puede repercutir en la economía argentina

Si la medida logra activar exportaciones y generar un ingreso sostenido de divisas, puede aliviar la presión sobre la balanza comercial y aportar dólares al país, algo clave en un contexto económico saturado de deudas y vulnerabilidad cambiaria.

Además, un mayor dinamismo del agro podría tener efectos positivos en la cadena productiva: demanda de insumos, transporte, logística, empleo rural, inversiones en campo, entre otros aspectos.

Cosecha de trigo. Foto: Reuters
Cosecha de trigo. Foto: Reuters

Riesgos y críticas: efectos colaterales que evalúan sectores y economistas

No todos ven la rebaja como positiva: algunos advierten que recortar retenciones reduce ingresos públicos, lo que puede afectar el presupuesto del Estado, los fondos sociales, las inversiones en infraestructura o programas de ayuda.

También existe preocupación por una posible depredación del modelo agrícola: un estímulo a las exportaciones podría reforzar el monocultivo, la concentración de la tierra y la vulnerabilidad frente a cambios climáticos o altibajos internacionales de precios.

Por último, ciertos actores del campo señalan que una rebaja puntual no necesariamente garantiza estabilidad: necesitan reglas previsibles, acceso a crédito, infraestructura, y una política agrícola integral que vaya más allá del incentivo impositivo.