El fin de las rotondas: cómo funciona el RCUT, la tendencia vial que reduce accidentes en rutas y autopistas

Las rotondas han sido, durante décadas, la solución más utilizada en los cruces de rutas por su bajo costo y simplicidad. Sin embargo, no siempre resultan viables en autopistas o vías de alto tránsito, donde su implementación puede generar demoras y maniobras riesgosas.
En este contexto, un nuevo modelo de intersección empieza a ganar protagonismo: el RCUT (Restricted Crossing U-Turn). Este diseño, cada vez más aplicado en Estados Unidos, propone una dinámica diferente.
En lugar de girar a la izquierda o cruzar directamente una ruta principal, los vehículos que provienen de calles secundarias deben girar primero a la derecha, avanzar entre 150 y 400 metros y realizar un giro en U en un carril exclusivo. Luego, pueden reincorporarse en la dirección deseada o ejecutar otra maniobra similar para completar el cruce.
La clave de este sistema es que elimina las maniobras más peligrosas, como los cruces perpendiculares y los giros a la izquierda, que suelen provocar choques en “T”. De acuerdo con la Federal Highway Administration, la implementación de RCUT logra reducir hasta un 54% los accidentes totales y un 70% los accidentes con heridos.
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Más allá de la seguridad, también se registraron mejoras en la circulación durante horas pico, ya que el diseño favorece la fluidez vehicular. Sin embargo, su aplicación requiere de condiciones básicas: señalización clara, educación vial y una normativa que contemple esta modalidad.
En Argentina existen experiencias parciales. Algunos cruces de rutas obligan a girar a la derecha para incorporarse, incluso si la intención es continuar hacia la izquierda, pero la falta de infraestructura adecuada impide aprovechar las ventajas completas del sistema.
Ejemplo de ello es la Autovía 2, donde muchos vehículos deben ingresar directamente en carriles rápidos a baja velocidad, lo que genera riesgos y congestión. El RCUT ofrece una solución al prever un carril adicional de ingreso que permite mayor seguridad y fluidez.

El RCUT, entonces, surge como una alternativa intermedia entre la rotonda y el paso elevado: es más seguro que una intersección convencional y mucho menos costoso que un puente. Su eventual implementación en Argentina dependerá de la capacidad técnica, la inversión pública y la voluntad política de avanzar hacia un rediseño vial que priorice la seguridad y la eficiencia.