Una histórica marca de galletitas cerró su planta en Chascomús y despidió a 27 trabajadores sin previo aviso
La empresa de galletitas Tía Maruca cerró inesperadamente su planta en la localidad bonaerense de Chascomús, dejando a 27 trabajadores cesantes, entre ellos la jefa de planta oriunda de La Plata.
El anuncio fue realizado el jueves al mediodía por el director de Recursos Humanos, quien informó a los empleados que quedaban “desafectados” y que se iniciarían charlas por una “compensación económica” en lugar de una indemnización formal.

El cierre se produjo sin previo aviso ni telegramas de despido, lo que generó preocupación e incertidumbre entre los trabajadores. Apenas unas horas después de la notificación, dos camiones retiraron materia prima de la fábrica, lo que fue interpretado como un intento de vaciamiento, motivo por el cual los empleados pidieron frenar estas acciones hasta que se aclare su situación laboral.
Impacto fuerte en Chascomús
El impacto fue fuerte en Chascomús, una ciudad de poco más de 35 mil habitantes, donde la planta tenía un rol importante en la economía local. Vecinos y trabajadores se movilizaron, y el viernes se llevó a cabo una audiencia en la delegación local del Ministerio de Trabajo bonaerense, originalmente prevista por el atraso en el pago del aguinaldo, pero que terminó centrada en el cierre de la fábrica.
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Tía Maruca fue fundada en 1998 por el empresario Alejandro Ripani y logró destacarse en el mercado con su propia línea de galletitas. En 2017, la compañía amplió su capacidad productiva al adquirir la planta Dilexis en San Juan, alcanzando en su pico un 5% del mercado nacional.
Sin embargo, desde 2019 enfrentó serios problemas financieros, incluyendo retrasos salariales y deudas millonarias, que derivaron en un concurso preventivo. En 2024, el grupo Argensun Foods (dueño de Pipas) compró el 50% de las acciones, aunque la crisis no logró revertirse.
Hasta este cierre, la empresa operaba cinco plantas en el país con una capacidad de 15 mil toneladas anuales. El cierre de Chascomús representa un nuevo golpe a su estructura y deja a 27 familias sin sustento ni certezas sobre su futuro.