Subastan dos mega terrenos del Estado nacional en barrios estratégicos: dónde están y qué se puede construir
Desde este martes y hasta el 9 de diciembre, el Gobierno de Javier Milei comenzó a desprenderse de ocho propiedades del Estado Nacional que considera “prescindibles”. El paquete incluye inmuebles muy distintos entre sí: desde una oficina de 30 m² en la esquina de Florida y Lavalle, hasta dos terrenos de gran escala con fuerte atractivo para desarrollos inmobiliarios.
Uno está en Bajo Belgrano, uno de los últimos predios grandes disponibles en esa zona, y el otro, en un sector estratégico de Retiro, sobre uno de los accesos a la ex Villa 31, donde hoy funcionan un hipermercado Coto, un McDonald’s y una sucursal del banco Santander.
Todas estas tierras conforman un precio base que supera los 37 millones de dólares. Según el decreto 575/2025, los fondos obtenidos por estas ventas se destinarán directamente al Tesoro Nacional. El Gobierno considera la operación como parte de un plan “estratégico” para ordenar el patrimonio estatal y obtener liquidez mediante la venta de activos que ya no formaban parte de las prioridades oficiales.
El terreno de Bajo Belgrano
Entre los ocho bienes, hay dos que sobresalen por su tamaño y por el tipo de proyectos que podrían habilitar. El primero es el predio de Bajo Belgrano, ubicado en la manzana delimitada por Juramento, Artilleros, Echeverría y Cazadores.
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El terreno pertenecía al Ministerio de Defensa y estaba en manos de la Policía Federal, donde funcionaba una repartición de Investigaciones. Se subastará el 9 de diciembre con un precio base de US$ 21.369.863, según el Tribunal de Tasación de la Nación. Aunque la normativa limita la construcción de torres, se trata de una oportunidad que despierta el interés de los desarrolladores más grandes.
A pocas cuadras, la desarrolladora Quartier —que recientemente vendió el 51% de su paquete accionario a Eduardo Costantini— avanza con un proyecto de cuatro edificios de cinco pisos sobre una manzana similar. La obra contempla 249 unidades y se ubica en Monroe, Migueletes, Blanco Encalada y Miñones.
En casos como estos, los privados pueden pedir mayor altura mediante un convenio urbanístico, que debe ser aprobado por el Ejecutivo porteño y luego por la Legislatura. A cambio, el desarrollador puede aportar metros para espacio público o hacer contribuciones al Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible (FODUS).
El predio ubicado en Retiro
El predio de Retiro, por su parte, presenta otro tipo de desafíos. La zona es estratégica por su cercanía con Catalinas, Puerto Madero, el Área Central y la Terminal de Ómnibus, pero también sufre un tránsito muy intenso.
Además, se encuentra en un punto neurálgico por el movimiento de la ex Villa 31 y la presencia del Ministerio de Educación porteño. Aun así, este lote tiene el doble de metros cuadrados que el de Bajo Belgrano y sale a subasta por US$ 11.907.591, la mitad de precio que el predio del norte porteño.
Actualmente, gran parte del terreno de Retiro está concesionado: allí operan un hipermercado Coto, una sucursal de Santander, un local de McDonald’s y una oficina de la Secretaría de Integración Social, Económica y Urbana.
Desde la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) remarcaron que esta política permitió ingresos por más de US$ 300 millones en los últimos dos años, incluyendo ventas anteriores, renovaciones de concesiones y remates de vehículos.
Una extensión estratégica
La estrategia también se extiende a las tierras ferroviarias. La semana pasada, la empresa estatal Playas Ferroviarias SA subastó tres parcelas en Caballito y Palermo, por las que obtuvo más de US$ 21 millones.
En los próximos días saldrán a remate otras tres parcelas cercanas a Juan B. Justo y Honduras. Según la empresa, la recaudación en sus dos últimos años de gestión creció un 1.411% en términos reales, frente al último bienio del gobierno de Alberto Fernández.
Este proceso, sin embargo, genera polémica. Por un lado, especialistas y vecinos advierten que se trata de tierras públicas irremplazables que podrían destinarse a espacios verdes de calidad. Por el otro, se cuestiona que estos remates terminan concentrando grandes extensiones en manos de unos pocos jugadores, dado que se trata de un mercado al que pueden acceder solo desarrolladores con una enorme capacidad financiera.

















