Rasta reinventa el alfajor: sorprende en los kioscos con una experiencia distinta para el verano
Con esta propuesta, la marca rompe con la estacionalidad del alfajor y lo lleva más allá del invierno, logrando que su consumo se mantuviera activo durante el verano.

Durante mucho tiempo, el mercado del alfajor en Argentina funcionó bajo una regla predecible: cuando llega el calor, las ventas caen. En verano, el producto pierde protagonismo, se corre del centro del mostrador y queda asociado al consumo invernal. Sin embargo, en los últimos años, Rasta decidió romper con esa lógica y transformó alfajor en un aliado del calor.
La apuesta fue tan simple como disruptiva. En lugar de lanzar un nuevo producto, la marca propuso un cambio de hábito: consumir sus clásicos Rasta Blanco y Rasta Negro bien fríos. Así nació Rasta Frío, una idea que reinterpreta el alfajor y lo adapta a los meses de altas temperaturas.

La invitación es clara: llevar el alfajor a la heladera y comerlo frío, con una textura diferente y una experiencia más refrescante. Lejos de pensarlo solo como un producto de invierno, Rasta logró que el consumo se mantuviera activo durante el verano, algo que se reflejó rápidamente en los puntos de venta.
El alfajor también se adapta al verano
El cambio no quedó solo en el mensaje. Para que la propuesta funcionara, el producto tenía que estar exactamente donde el consumidor lo espera. Por eso, la marca trabajó de forma directa con los kioscos, incorporando cartelería visible, soportes simples y exhibidores diseñados especialmente para colocarse dentro de la heladera.

Estos recursos cumplen una doble función: ordenan el espacio y, al mismo tiempo, comunican de manera inmediata que el alfajor está frío y listo para consumir. En algunos locales, incluso, empezaron a aparecer mini heladeras identificadas con la marca, ubicadas estratégicamente cerca del mostrador para evitar que el producto pase desapercibido en plena temporada estival.

La estrategia se completa con acciones conjuntas junto a mayoristas, que facilitan el acceso a estos materiales y permiten que más puntos de venta se sumen a la iniciativa sin alterar su funcionamiento cotidiano. En paralelo, Rasta también avanzó con la venta del producto en heladeras propias, reforzando el concepto y consolidando la idea de que el alfajor, incluso en verano, sigue teniendo su lugar.


















