"Martillo de Medianoche": así fue el mayor bombardeo de aviones B-2 de Estados Unidos contra blancos nucleares en Irán

Donald Trump llevaba varios días considerando si sumarse a los ataques israelíes contra Irán y finalmente dio luz verde a la operación Midnight Hammer (Martillo de Medianoche), con la que Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares en Fordó, Natanz e Isfahán.
La operación contó con la participación de 125 aeronaves, incluidos siete bombarderos B-2, aviones cisterna de reabastecimiento, aviones de reconocimiento y cazas. En total, se emplearon 75 bombas y misiles.
El objetivo declarado del operativo era impedir que Irán obtuviera un arma nuclear. El Pentágono asegura que todos los blancos fueron alcanzados aunque sigue evaluando la magnitud de los daños provocados.
La operación fue planificada durante semanas y meses, incluso mientras se desarrollaban conversaciones diplomáticas con Teherán en busca de un acuerdo sobre su programa nuclear. Se trató de una misión altamente clasificada: muy pocas personas en Washington conocían su momento o naturaleza.
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La operación contra Irán fue el mayor bombardeo con aviones B-2 en la historia de EEUU
“Midnight Hammer”, el nombre de la operación con la que Estados Unidos atacó sorpresivamente instalaciones nucleares iraníes, se convirtió en el mayor bombardeo realizado con aviones B-2 en la historia del país. Fue una ofensiva planificada durante meses, que incluyó el uso de señuelos para desorientar a las defensas iraníes y lograr el efecto sorpresa.
Los bombarderos B-2 Spirit son aviones de combate estratégicos diseñados por Estados Unidos para penetrar defensas aéreas pesadas y realizar ataques de precisión, capaces de lograr una alta invisibilidad en los radares. Estas aeronaves lanzaron más de una docena de bombas antibúnker de 13.600 kilos sobre dos instalaciones nucleares clave: Fordó y Natanz. Además, el país norteamericano disparó misiles Tomahawk desde un submarino contra Isfahán.
Los bombarderos despegaron desde la base de Whiteman, en Misuri. Algunos volaron hacia Guam, en el Pacífico, para actuar como señuelo, mientras el resto se dirigió sigilosamente hacia el este en un vuelo que duró unas 18 horas.
Tras completar el ataque, las fuerzas estadounidenses regresaron sin sufrir bajas ni recibir fuego enemigo. "Los cazas iraníes no despegaron y parece que sus sistemas de misiles tierra-aire no detectaron nuestra presencia", señaló el general Caine.