“Riesgo sanitario directo”: los preocupantes hallazgos en el laboratorio que elaboró el fentanilo contaminado

Una inspección judicial en la planta de Laboratorios Ramallo SA reveló un alarmante cuadro de abandono, contaminación y riesgo sanitario.
La situación adquiere especial gravedad por los antecedentes de la empresa: en su planta se elaboró el lote de fentanilo contaminado el 18 de diciembre de 2024, vinculado a la muerte de 96 pacientes. Laboratorios Ramallo SA era entonces el único elaborador de HLB Pharma Group SA, cuyo propietario, Ariel García Furfaro, hoy está detenido junto a otros seis imputados.

La diligencia fue ordenada por el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N°3 de La Plata, a cargo del juez Ernesto Kreplak, tras la difusión de imágenes aéreas del predio que mostraban condiciones altamente irregulares.
La intervención fue ejecutada el 29 de agosto de 2025, con participación del Ministerio de Ambiente bonaerense -a cargo de Daniela Vilar-, el Ministerio de Salud provincial, la Policía Federal Argentina y la Prefectura Naval.
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El detalle de lo que halló la Justicia en la planta de Laboratorios Ramallo SA
El informe oficial, al que accedió Infobae en exclusiva, señala la existencia de productos químicos sin identificar, medicamentos vencidos y residuos farmacéuticos expuestos a cielo abierto. Todo el material se encontraba sin trazabilidad ni contención adecuada, vulnerando de forma directa la Ley 11.720, el Decreto 806/97 y su modificatorio 650/11, así como la Resolución 592/00 que regula la gestión de residuos especiales.
Uno de los puntos más críticos fue la detección de un área de aproximadamente 10 por 15 metros cubierta de ampollas rotas y sanas, algunas aún con líquidos en su interior. Se identificaron principios activos como metoclopramida, cloruro de potasio, diclofenac, aminofilina, nonadrenalina, entre otros. Este cúmulo de residuos farmacéuticos -clasificados como “corriente Y2-Y3” de residuos especiales- estaba dispuesto al aire libre y en contacto con canaletas pluviales, lo que aumenta significativamente el riesgo de contaminación del entorno.

En otro sector, los inspectores hallaron 25 tambores de 200 litros, algunos etiquetados como “Triglicérido Caprílico Caprico”, y dos contenedores de 1.000 litros de líquidos sin identificación alguna, etiquetados en idioma oriental. El piso bajo esta estructura metálica mostraba signos visibles de corrosión, lo que llevó a los técnicos a advertir sobre la posible peligrosidad de las sustancias almacenadas.
Además, se encontraron depósitos con cajas de ranitidina y productos que requerían refrigeración, pero sin garantías de conservación por registrarse cortes frecuentes de energía. También se hallaron bidones rotulados como metiltrimetilamina, un químico que requiere un manejo estricto, junto a decenas de envases sin rotulación ni registros, lo que imposibilita rastrear su origen y destino.
Según el acta de inspección, “la planta productiva se encuentra en estado de abandono”, con vegetación creciendo dentro del predio y señales de ocupación informal, como colchones, utensilios y ropa dispersa. No se detectó actividad productiva. En exteriores y depósitos se documentaron residuos sin identificar, basura domiciliaria acumulada, plásticos, neumáticos y restos de mampostería, todo ello sin clasificación ni tratamiento.
Los inspectores señalaron un “riesgo sanitario directo” por la falta de identificación, documentación y conservación segura de medicamentos. El almacenamiento sin control dificulta el seguimiento de lotes y puede derivar en su uso indebido o en perjuicio directo para la salud pública.

La Ley 11.720 exige que los residuos especiales sean almacenados, transportados y tratados únicamente por operadoras habilitadas, con condiciones de seguridad que eviten filtraciones o contacto con el ambiente. Nada de eso se cumplía en Laboratorios Ramallo.
El Ministerio de Ambiente bonaerense recomendó el retiro urgente de todo el material hallado mediante transportistas y tratadores autorizados, además de una adecuación integral de la planta a la normativa vigente. “La gestión actual de sustancias y residuos muestra ausencia total de control y registros”, señala el documento.
Dada la magnitud de los hallazgos y el peligro que representan para la salud y el ambiente, el juez Kreplak evalúa nuevas medidas judiciales. Mientras tanto, la imagen de la planta como símbolo de negligencia ambiental y sanitaria no deja de crecer.