En medio de un paisaje que transmite tranquilidad, el pueblo de Buenos Aires que sirve la mejor comida árabe de Argentina

La Angelita es un pequeño pueblo de Buenos Aires de no más de 300 habitantes, que se ganó el apodo de “La pequeña Siria”, ya que en la década del ´70 aproximadamente cerca del 70% de sus residentes eran de origen árabe-islámico.
Aquí las raíces árabes islámicas gozan de buena salud: se habla el idioma, se hacen las cinco oraciones diarias que dicta el Corán, se celebran las fiestas y, sobre todo, se consumen alimentos Halal. Todo eso en un pueblo pequeño en medio de los campos.

Es que los antepasados llegaron para dedicarse a las actividades agrícolas y el pueblo se armó fundándose en esa cultura. Les dicen “Los gauchos musulmanes”. Por eso, en la plaza principal el monumento recuerda a un héroe del arabismo, Sheij Saleh Al Alí, que luchó contra los franceses por la libertad de la República árabe de Siria.
La Angelita es la típica localidad rural bonaerense donde la vida continúa con niños paseando en bicicletas, adolescentes en grupos hablando, despreocupados. Un puñado de casas bajas, calles de tierra y la bandera de Siria que convive con la Argentina.
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La gastronomía árabe, un sello de La Angelita
La gastronomía se convirtió en uno de los principales atractivos del pueblo. Sus platos típicos, elaborados con recetas tradicionales, permiten a los visitantes sumergirse en la cultura árabe de manera directa. Cada preparación refleja historia, creatividad y tradición, convirtiendo la comida en una experiencia turística por sí misma.
Entre las opciones saladas se destacan preparaciones como kibbe, falafel, empanadas de carne especiada y distintas recetas con cordero y pollo. Las especias típicas, como comino, cilantro y pimentón, aromatizan los platos, que suelen servirse acompañados de panes caseros y ensaladas frescas.

Los postres también forman parte de la experiencia: baklava, halva y maamoul destacan por su sabor intenso y su textura variada. Elaborados con nueces, miel y dátiles, estos dulces tradicionales representan la identidad árabe del pueblo y son una de las principales razones por las que los turistas regresan.


















