En Mar del Plata crecen los reclamos por la “privatización” de las playas públicas: mucha carpa y poco espacio
Cada vez son más los bañistas que se vuelcan a las redes para manifestar su descontento. Las concesiones de las playas públicas dejan cada vez más lugar reservado solo para quienes pagan.

“No tenés playa, no hay arena de la cantidad de carpas que hay. ¿La parte pública dónde está?“, se pregunta una usuaria de redes sociales que, indignada, comparte un video en el que se ve Playa Grande, en Mar del Plata, totalmente copada por sombrillas y carpas de concesión privada.
En las imágenes, que cada día son más en las redes, se observa cómo el espacio delimitado por sogas para la explotación privada, deja un margen muy pequeño para el uso público, especialmente en días de marea alta.
Cada vez son más los locales y turistas que se encuentran con la misma escena cuando se disponen a disfrutar de la playa pública: una cuerda que delimita las carpas privadas (desocupadas en su mayoría) y deja muy poco espacio para los visitantes.
Esas sogas son colocada por los mismos balnearios, restringiendo la circulación de los veraneantes que buscan disfrutar del espacio público.


Guardavidas reclaman mejores condiciones en balnearios
El fin de semana, la Unión de Guardavidas Agremiados (UGA) participó de una movilización para visibilizar el conflicto paritario con la Cámara Empresaria de Balnearios Privados.
Reclaman por la demora en la resolución de la paritaria que deben cerrar los gremios que los representan y los concesionarios de balnearios privados, y un aumento salarial que se ajuste a la inflación.
Según explican medios locales, el reclamo alcanza especialmente a los guardavidas que trabajan en las piletas de los balnearios; y a otros que, aunque son parte del operativo de seguridad pública en playas, su contrato permanece bajo la órbita privada. También a trabajadores que brindan servicios dentro de los balnearios, con tareas de mantenimiento y atención al público.
El reclamo busca que los salarios de los privados se equiparen a los del servicio municipal, que tienen salarios un 18 a 20% más altos por la misma prestación.
Según explicó Néstor Nardone, titular del Sindicato de Guardavidas y Afines, los concesionarios indican que por los altos costos y la baja demanda no pueden afrontar el aumento que se pide.



















