Julieta Prandi dio el "sí"

Julieta Prandi se casó por civil con su pareja Claudio Contardi después de varias idas y vueltas. Es que la pareja se conoció hace siete años, tuvieron varias interrupciones pero el amor fue más fuerte.

Hace poco más de dos años apostaron nuevamente a la relación después de una crisis y a construir una familia. La modelo, de 29 años, aceptó la oferta de convivencia que le propuso Claudio y luego llegó su primer hijo.

Nueve meses atrás, la conductora de Zapping -sábados, por la pantalla de Telefé- dio a luz a Mateo. Aunque las ganas de formalizar la unión ya existían por entonces, los flamantes papis le dieron prioridad al bautismo del pequeño. Con la tranqulidad de que el baby había recibido su primer sacramento, la rubia y el empresario fueron por más. El viernes 21 se hicieron presentes en el Registro Civil de Belgrano, sobre la Avenida Cabildo, para unirse bajo la ley. Los acompañaron cuarenta invitados, entre familiares más cercanos (incluida su querida abuela Mimí, de 86 años) y amigos. Allí, dieron el sí.

Ezequiel, el hijo adolescente de su marido, fue el primero en dedicar algunas palabras a los novios, después de que el juez de Paz, Iván Sznajdleder, se lo propuso. Inquieto, Mateo, el querubín de la familia, aprovechó para llevarse a la boca el reloj de su papi, que lo tenía encima. Super elegante con un diseño exclusivo de Laurencio Adot, la conductora no pudo evitar las lágrimas. Coqueta, cuidó que el maquillaje no se le corriera para firmar el acta matrimonial.

A la hora de intercambiarse las alianzas de oro blanco de Cartier (la rubia pidió que le agreguen a la de ella un cristal), los nuevos esposos se relajaron y regalaron algunas sonrisas a los presentes. "Estoy muy felíz. Es uno de los días más importaantes de mi vida. Claudio es el hombre que eligí y seguiré eligiendo. Este casamiento es una meta cumplida", resumió la modelo de Multitalent, al tiempo que tiró el ramo en la puerta del lugar.

Guacha, un exclusivo restó de Puerto Madero, fue el sitio elegido para llevar adelante el festejo. A partir de las cuatro, el matrimonio fue recibiendo con cálidos abrazos a cada uno de los comensales. Entre móviles de televisión y mini sesiones fotográficas, degustaron bocaditos de acelga, a modo de entrada. Como platos principales ofrecieron dos opciones: Pene Rigati con salsa de mariscos y, para los que querían un menú light, ensalada de pollo tibio. Y de postre, helado de la casa. Si bien la parejita no pidió torta de boda, se le ofreció una simbólica para que hagan el brindis.

"El año que viene tendremos la boda religiosa y la gran fiesta. Queremos que Mateo sea un poco más grandecito para que corra por la alfombra roja para alcanzarnos los anillos. También, claro, la luna de miel quedará para ese momento. Todavía estamos evaluando si vamos o no a llevar al nene. Y ya te adelanto que en cualquier momento se viene el hermanito. Tengo muchas ganas de volver a ser madre", finalizó Julieta.