Olvidate de lavar los platos: tres cortes de carne para hacer a la parrilla y comer en sándwich

La parrilla argentina es un tesoro culinario que nos distingue como país. Si bien un buen asado le gana por goleada a cualquier comida, hay algunos cortes de carne que tampoco se pueden dejar de lado al momento de hacer sándwiches y que se destacan por ser una manteca y bien jugosos.
En los últimos años, este tipo de preparación ganó popularidad y es que permite disfrutar del sabor de la carne asada, pero en un formato fácil de disfrutar en reuniones informales, pícnics o simplemente como una alternativa deliciosa para variar.

Los tres cortes ideales para hacer sándwich a la parrilla. Foto Freepik
Para hacer un sándwich a la parrilla, hay que elegir cortes que sean bien tiernos. Al combinarlos con pan y aderezos, se convertirán en la estrella de cualquier evento.
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Tres cortes para hacer sándwiches parrilleros
A continuación, tres cortes de carne que son ideales para disfrutar en sándwiches a la parrilla, ideales para acompañar con una buena salsa chimichurri o criolla y pan fresco.
Entraña a la parrilla
La entraña es un corte muy apreciado por algunos comensales y amantes del asado debido a su sabor y textura. Es perfecta para asarla rápidamente a fuego fuerte, lo cual permite que conserve su jugo interno y su sabor característico.

Entraña a la parrilla. Foto Unsplash
Para el sándwich, es ideal cortarla en tiras y acompañarla con chimichurri o ajo asado, lo que resalta aún más su potencia de sabor.
Vacío jugoso
El vacío es otro clásico argentino, famoso por su capa de grasa que aporta una gran jugosidad y sabor. Este corte se cocina a fuego medio para que la grasa se derrita poco a poco y le dé a la carne una textura tierna y sabrosa. Para un sándwich, se puede cortar en tiras delgadas y combinarlo con una salsa criolla y un poco de rúcula o cebolla morada.

Los mejores cortes de carne para hacer sandwich a la parrilla. Foto Freepik
Ojo de bife
El ojo de bife es un corte más grueso con grasa interna que se derrite al cocinarlo, lo que le da una gran jugosidad. Ahora bien, cortado en rodajas finas y puesto en sándwich, se convierte en una verdadera delicia. Combina bien con mostaza y queso provolone derretido, lo que crea una fusión de sabores única.