El corte que nunca pasa de moda: qué estilo de bob va con cada tipo de rostro, según expertos

Atrevido, elegante y atemporal, el corte bob se consolidó como una de las elecciones más populares en el mundo del estilismo. Su versatilidad lo convierte en una opción ideal para quienes buscan renovar su imagen sin recurrir a un cambio drástico.
Pero, como toda tendencia, el secreto está en la personalización: no todos los estilos de bob funcionan igual para todos los rostros.

Expertos en imagen coinciden en que adaptar el corte a la forma de la cara es fundamental. Un bob bien elegido puede alargar visualmente el rostro, suavizar rasgos marcados o realzar puntos fuertes como los pómulos o los ojos.
Corte bob: cómo elegir la versión ideal según la forma de tu rostro
El bob es mucho más que un corte de moda: bien adaptado, puede transformar la expresión y realzar la belleza natural sin perder identidad.
También podría interesarte
Consultar con un estilista de confianza y considerar estos aspectos antes de pasar por la tijera puede marcar una gran diferencia. A continuación, una guía para encontrar la versión perfecta según tu tipo de rostro.
- Rostro ovalado: el más versátil
Con proporciones equilibradas, este tipo de rostro se adapta a prácticamente cualquier estilo de bob, desde el clásico a la altura del mentón hasta el long bob (lob). Para sumar un toque contemporáneo, se recomienda acompañarlo con un flequillo tipo cortina o suaves capas que enmarquen el óvalo facial.

- Rostro redondo: estilizar y alargar
Para lograr un efecto visual de mayor longitud, lo ideal es un bob que supere la línea de la mandíbula. Las capas suaves a partir del mentón y un poco de volumen en la coronilla ayudan a afinar las facciones. Evitar cortes demasiado simétricos o rectos es clave.
- Rostro cuadrado: suavizar los ángulos
En caras con mandíbula marcada, conviene evitar cortes muy estructurados. Un bob texturizado o ligeramente desfilado suaviza las líneas y aporta movimiento. Las ondas naturales o un acabado desmechado son grandes aliados. La longitud ideal: un poco más abajo de la mandíbula.

- Rostro en forma de corazón: equilibrar proporciones
Este tipo de rostro suele tener frente ancha y mentón estrecho. Se recomienda un bob con capas descendentes o un lob con raya al medio para distribuir el volumen. Un flequillo liviano y despeinado ayuda a compensar la parte superior, mientras que mayor densidad en la zona inferior equilibra la figura.
- Rostro alargado: crear amplitud visual
Para acortar visualmente la cara, se aconseja un bob clásico a la altura de la mandíbula. Las puntas ligeramente marcadas hacia afuera suman dimensión lateral. Es preferible evitar los bobs largos o demasiado lisos, que pueden acentuar la verticalidad.

- Rostro diamante: destacar los pómulos
Este tipo de rostro, con pómulos prominentes y frente estrecha, se favorece con un bob redondeado o curvo que abrace las mejillas. Las puntas hacia adentro y un flequillo lateral suave completan el marco ideal, equilibrando todos los ángulos.
Ya sea con textura, liso, con flequillo o sin él, este clásico del estilismo sigue reinventándose y demostrando que, con los ajustes correctos, puede favorecer a cualquier tipo de rostro.