Día del Niño: 4 actividades y juegos divertidos con flores y plantas para hacer con los más chicos

Las flores y las plantas no solo embellecen nuestro entorno, sino que también pueden convertirse en grandes aliadas para despertar la creatividad, la curiosidad y el aprendizaje de los niños.
Para celebrar el Día del Niño, existen múltiples actividades que combinan diversión, educación y contacto con la naturaleza, tanto al aire libre como dentro de casa.

Actividades con flores y plantas para disfrutar en el Día del Niño
Celebrar el Día del Niño con flores y plantas es una manera de enseñar valores de cuidado, paciencia y respeto por la naturaleza, mientras los más pequeños disfrutan de actividades lúdicas y educativas. Estas propuestas dejarán recuerdos que los niños podrán atesorar y repetir durante todo el año. A continuación, te dejamos cuatro actividades para disfrutar con los más chicos de la casa.
1. Crear un mini jardín en macetas
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Ideal para días nublados o cuando no se dispone de mucho espacio al aire libre, esta actividad permite que los niños diseñen su propio pequeño jardín. Pueden elegir macetas de distintos tamaños y decorarlas con pintura acrílica, marcadores o pegatinas.
Luego, con tierra y semillas de flores como caléndulas o plantas aromáticas como lavanda, aprenderán a plantar y regar. Observar el crecimiento día a día fomenta la paciencia y el cuidado por los seres vivos, al tiempo que les enseña nociones básicas de botánica.

2. Búsqueda del tesoro floral
Para quienes prefieren salir al aire libre, la búsqueda del tesoro floral es una opción divertida y educativa. Se puede realizar en parques, plazas o incluso en el jardín de casa.
Antes de la actividad, se prepara una lista de elementos que los niños deberán encontrar: “flores amarillas”, “hojas en forma de corazón” o “una flor más alta que tu rodilla”. Los pequeños pueden tomar fotografías o hacer bocetos de lo que encuentren, estimulando su observación, su curiosidad botánica y su vínculo con la naturaleza.
3. Arte con flores
Esta actividad se realiza en interiores y combina creatividad con aprendizaje. Se recolectan flores y hojas en buen estado, preferentemente caídas o que puedan recogerse sin dañar las plantas.
Luego se colocan entre hojas de papel absorbente y dentro de un libro pesado durante una o dos semanas. Una vez secas y planas, los niños pueden utilizarlas para crear tarjetas, cuadros o marcapáginas. Además de ser un pasatiempo artístico, enseña sobre la preservación de elementos naturales y la paciencia necesaria para trabajar con ellos.

4. Taller de perfumes y aguas florales
Los aromas de flores como rosas, jazmín o lavanda pueden transformarse en experiencias sensoriales para los más chicos. Para esta actividad, los pétalos se colocan en un recipiente con agua tibia y se dejan reposar varias horas. Luego se filtra y se guarda en pequeños frascos decorativos. Este taller no solo permite aprender cómo se obtienen los perfumes naturales, sino que también fomenta la observación y la experimentación con los sentidos, al tiempo que desarrolla la creatividad en la decoración de los frascos.