Un tren transformará por completo el comercio en Sudamérica al unir cinco países y conectar el Atlántico con el Pacífico
Una de las obras de infraestructura más importantes del siglo XXI en la región está destinada a cambiar la dinámica del comercio internacional y fortalecer la integración del continente.

Uno de los problemas más importantes de Sudamérica para ganar protagonismo en el comercio mundial es la dificultad que representa cruzar el continente entero de costa a costa. Esto, que puede parecer una utopía, pasará a ser una realidad gracias a la construcción del Tren Bioceánico de Integración.
La iniciativa unirá el océano Atlántico con el Pacífico, atravesando cinco países del continente, con el objetivo de revolucionar por completo el comercio regional, reducir costos logísticos y fortalecer los lazos económicos entre Brasil, Bolivia, Perú, Paraguay y Argentina.

Una de las obras de infraestructura más importantes del siglo XXI en la región unirá el puerto de Santos (Brasil), en el Atlántico, hasta el puerto de Ilo (Perú), sobre el Pacífico, creando una vía terrestre estratégica que competirá directamente con el tráfico marítimo por el Canal de Panamá, ofreciendo una alternativa terrestre más rápida y con menor impacto ambiental.
El objetivo es ambicioso: facilitar el traslado de productos agrícolas, minerales, manufacturas y recursos energéticos entre ambos océanos, impulsando las exportaciones y promoviendo nuevas inversiones extranjeras. Expertos en logística sostienen que la conexión ferroviaria permitirá a Sudamérica posicionarse como un eje clave del comercio global, teniendo en cuenta que las exportaciones sudamericanas llegarán a Asia y Europa en menos tiempo y con menores costos.
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El costo estimado del Tren Bioceánico supera los 10.000 millones de dólares, y despertó el interés de potencias como China y Alemania, que ofrecieron apoyo técnico y financiero.
El recorrido del Tren Bioceánico de Integración
El tren que ilusiona a un continente entero recorrerá más de 3.700 kilómetros desde el puerto de Santos hasta el de Ilo. En su trayecto atravesará el territorio boliviano, con ramales que se extenderán hacia Argentina y Paraguay, integrando así el Cono Sur en una misma red ferroviaria.

El trazado principal pasará por las ciudades de Campo Grande (Brasil), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y La Paz, para luego cruzar hacia Desaguadero y finalmente llegar al puerto peruano de Ilo. Con esta conexión, los países podrán transportar productos en menos de 10 días, una reducción significativa respecto a los 30 días promedio que demora el comercio marítimo.
Bolivia ocupa un papel clave en el trazado, ya que su territorio servirá de conexión natural entre Brasil y Perú. Para el país, el proyecto representa una oportunidad histórica: recuperar su acceso estratégico al mar mediante una infraestructura que le permita participar activamente en el comercio internacional.
















