Pedro Sánchez, al borde del abismo: especulaciones de renuncia, presión internacional y una posible sucesión estratégica

El presidente español, Pedro Sánchez, pidió disculpas públicas por haber confiado en dos figuras clave del PSOE que actualmente están cuestionadas por maniobras turbias en las primarias y sospechas de irregularidades financieras. Sin embargo, su acto no logró desactivar la bomba que amenaza con hacer estallar su gobierno.
En el epicentro de un sismo político, Sánchez opta por jugar con el tiempo. Postergó su aparición en el Congreso hasta el 9 de julio, alegando compromisos internacionales: la cumbre de la OTAN y el Consejo Europeo. Ese aplazamiento le permite diluir la presión y ganar margen de maniobra en medio de versiones que lo colocan al borde de la renuncia.
El frente internacional también está encendido. En La Haya, Sánchez intentará esta semana que España no deba aumentar su gasto militar al 5% del PBI, una imposición de la OTAN alentada por el presidente estadounidense Donald Trump.
En una carta a Mark Rutte, secretario general de la Alianza, el mandatario español advirtió que ese gasto podría dañar seriamente el equilibrio del estado del bienestar, y reclamó una fórmula flexible que permita no comprometerse.
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Una vez conocido ese rechazo al 5% del PIB en defensa, Trump recalcó que España debería contribuir con lo mismo que el resto y que siempre "ha pagado muy poco". "O ha sido buen negociador -apostilló- o no ha hecho lo correcto".

¿Qué pasará con el gobierno de Pedro Sánchez?
La posibilidad de unas elecciones anticipadas revive los errores de 2023, cuando Sánchez convocó a las urnas en pleno verano, y el PSOE terminó segundo. En la actualidad, las encuestas le auguran una derrota más contundente: según el barómetro de DYM, el Partido Popular lo supera por diez puntos.
En este ajedrez de poder, circula una jugada inesperada: que Sánchez renuncie y proponga a Salvador Illa, actual presidente catalán, como su heredero.

Illa no tiene el carisma de Pedro, pero goza de buena imagen, perfil dialoguista y fue el primer socialista en ganar unas autonómicas en Cataluña. Su figura podría ser aceptada por los socios de investidura, incluso por los independentistas que desconfían del PSOE, pero prefieren esta coalición antes que una alianza entre PP y Vox.
A su vez, la Constitución española contempla dos salidas: una renuncia que abra una ronda de consultas del Rey o la disolución voluntaria del Parlamento. Ambas con tiempos y riesgos.
Aunque Sánchez aún sigue de pie, nadie descarta que esté preparando su salida, silenciosa pero estratégica, con una pieza de recambio que evite el naufragio total del PSOE.