La proyección de EE.UU. sobre América del Sur y la inestabilidad en la región: ¿existen las casualidades?

Venezuelo, Colombia, Perú, Ecuador y Brasil atraviesan momentos críticos, que de una forma u otra repercuten en la relación con el país del norte.
Soldado de Estados Unidos con bandera
Soldado de Estados Unidos con bandera Foto: Freepik

Las últimas semanas han sido agitadas para casi todos los países sudamericanos. Y si bien es cierto que en cada caso hay factores internos a tener en cuenta, la dinámica política de la región no puede leerse al margen de lo que sucede en el resto del mundo, más bien todo lo contrario. ¿Es la renovada proyección de EE.UU. sobre América del Sur? ¿Es la disputa entre EE.UU. y China uno de los factores de inestabilidad?

Comencemos por el norte de América del Sur: Venezuela. Llama la atención el despliegue estadounidense frente a sus costas, que luce desproporcionado para los objetivos declarados. Creer que se trata de un operativo antinarcóticos requeriría un grado superlativo de imaginación.

No se lleva al portaaviones más avanzado del planeta a apoyar operaciones contra rudimentarios narcopescadores. Venezuela, además, no figura en los informes de Estado, Defensa o Inteligencia estadounidense como uno de los principales productores de drogas o eje de las rutas logísticas por las cuales la droga va hacia EE.UU. ¿Qué cambió en tan poco tiempo que requiere semejante nivel de despliegue?

El portaaviones USS Gerald R. Ford, el barco de guerra más grande del mundo. Foto: X/@Southcom

Podríamos pensar entonces que el objetivo es otro. ¿La salida de Maduro? No podríamos descartarlo: crónica de una operación anunciada. Sin embargo, se debe recordar que a principio de año EE.UU. y Venezuela anunciaron que estaban negociando. Incluso, que Maduro estaba dispuesto a rever su vínculo con China y Rusia, aprobar que empresas estadounidenses exploten petróleo y minería, y a dejar el gobierno en 3 años. Es decir, las negociaciones no iban necesariamente a mal puerto, ¿por qué un cambio tan brusco?

Se podría argumentar que, por el contrario, la figura de Maduro es sumamente conveniente para la renovada proyección estadounidense sobre América del Sur. Por un lado, permite sumar despliegue militar para apoyar la presión diplomática que se ejerce sobre la región para debilitar los vínculos que tiene con China. ¿Sin la figura de un enemigo concreto, de qué otra manera se podría justificar tamaño despliegue?

Por el otro, está la cuestión energética. Suele decirse muy livianamente desde algunos sectores que EE.UU. quiere el petróleo venezolano. En realidad, cuando lo precisó lo tuvo. El problema ahora bien podría ser el opuesto. Venezuela es el país con la mayor cantidad de reservas de petróleo del mundo. Con Maduro en el poder, el país es sancionado, su producción diezmada, y se retiran millones de barriles de petróleo del mercado, cosa que ayuda a mantener el barril en precios lo suficientemente elevados para que, por ejemplo, producir en EE.UU. sea rentable.

Venezuela forma parte de la lista que integran, por ejemplo, Irán y Rusia, otros miembros sancionados del Eje del Mal, con grandes reservas de petróleo pero cuya capacidad de producción, como consecuencia de las sanciones, no alcanza todo su potencial.

Colombia: ¿por qué ahora?

Al mismo tiempo que se desarrolla esa situación, Trump aumenta la presión sobre Petro, presidente de Colombia. Ahí la situación es un tanto diferente. Allí se produce, históricamente, la mayor cantidad de cocaína a nivel global.

Sin embargo, más allá de si Petro es un buen o mal presidente, más allá de su ideología, ese problema viene de largo. Excede a Petro, a Duque, a Santos, a Uribe...y podemos ir más atrás. ¿Qué cambió entonces como para ahora sí presionar a un presidente de Colombia? Los anteriores eran aliados...y el problema era el mismo. ¿Hay alguna relación con la intención de Petro de insertar a Colombia en la Ruta de la Seda?

Gustavo Petro, presidente de Colombia. Foto: REUTERS

Bases militares extranjeras en Ecuador

Por su parte, Ecuador estaría atravesando una situación particularmente crítica. La lucha contra el crimen organizado no estaría dando los resultados esperados y la violencia se esparce por diversas ciudades del país de la mano de organizaciones criminales ligadas al narcotráfico.

Como respuesta, el oficialismo de Daniel Noboa planteó un referéndum para consultar sobre la instalación de bases militares extranjeras en el país, algo que estaba prohibido desde 2008. La ciudadanía, sin embargo, se inclinó por el “No” en un 60,12%, con un 39,88% por el “sí”.

Nuevo Gobierno en Perú

Siguiendo con el panorama en la región, también debemos señalar que Perú no está exento de inestabilidad. Un nuevo cambio de gobierno dejó afuera a Dina Boluarte, quien hace tan solo un año inauguró junto a Xi Jinping el puerto de Chancay, un puerto cercano a Lima, controlado por una empresa china, y con aspiraciones de ser el gran centro logístico sobre el Pacífico sudamericano con conexión con Asia.

Mientras EE.UU. muestra interés en el puerto de Paita, al norte peruano, el nuevo presidente intentará cumplir los meses que faltan hasta las nuevas elecciones.

Avance sobre Brasil

Por último, pareciera que EE.UU. está estudiando catalogar como organizaciones terroristas al PCC y el Comando Vermelho, las dos organizaciones criminales más importantes de Brasil. De hecho, hace días el gobierno de Río de Janeiro llevó adelante una operación contra el CV en dos complejos de favelas que dejaron un saldo de más de 100 muertos.

Operativo policial en favela de Río de Janeiro, Brasil, Reuters
Operativo policial en favela de Río de Janeiro, Brasil, Reuters

Ningún gran pez del CV fue apresado, y la fortaleza de este tipo de organizaciones es una debilidad del gigante sudamericano. Mientras intenta proyectarse con cierto éxito a escala internacional, fuertemente apalancado en su sociedad con China, a nivel interno los crecientes niveles de inseguridad en las grandes ciudades asoman como una peligrosa fuente de inestabilidad.

Parece evidente, en definitiva, que la tensión está en aumento. La necesidad de calibrar cuidadosamente la proyección internacional es imperativa para navegar aguas así de turbulentas.