Estados Unidos, muy atento: el portaaviones Fujian de la Armada china modifica el poder naval en el Indo-Pacífico
Con Taiwán como principal foco de las amenazas chinas y Estados Unidos como defensor de la isla autogobernada desde 1949, el nuevo portaaviones aumenta la tensión en una de las regiones más calientes del planeta.
China volvió a encender las alarmas en Washington tras anunciar la entrada en servicio del Fujian, su tercer portaaviones y el más avanzado de su flota. Considerado un “monstruo marino”, el buque incorpora tecnología de punta comparable solo con la de Estados Unidos, lo que supone un salto cualitativo en la capacidad militar del gigante asiático y altera el equilibrio de poder en el estratégico Indo-Pacífico, escenario clave de la rivalidad entre ambas potencias.
La puesta en servicio del nuevo portaaviones busca equiparar sus capacidades militares con las de Estados Unidos. Uno de los puntos centrales para acercarse a esta paridad es el diseño e instalación de un sistema de catapultas electromagnéticas (EMALS) que permite desplegar aviones de mayor peso con más eficiencia, una tecnología que hasta ahora solo pone en alta mar el portaviones USS Gerald Ford de la marina norteamericana.
El despliegue del Fujian cobra aún más relevancia si se considera el escenario en el que operará la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN). Sus principales teatros de operaciones se concentran en el estrecho de Taiwán, la zona más vigilada del planeta ante la posibilidad de un intento de anexión por parte de Pekín, y en el Mar de China Meridional, un espacio en disputa con Japón, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunéi y el propio Taiwán.
En esta región, cada islote -natural o construido artificialmente por China- representa un punto de control clave en una compleja red de tensiones geopolíticas, donde Estados Unidos actúa, en el trasfondo, como el gran árbitro del equilibrio regional.
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Hasta ahora, China contaba con dos portaaviones en su flota: el Liaoning y el Shandong, ambos símbolos del crecimiento sostenido de su poderío marítimo. Con la incorporación del Fujian, el gigante asiático no solo amplía su capacidad operativa, sino que marca un hito al integrar por primera vez tecnología de última generación desarrollada íntegramente en el país. Este avance refleja la determinación de Pekín por reducir su dependencia de sistemas extranjeros y consolidar una industria militar autónoma, capaz de competir en condiciones iguales con la estadounidense.
Cómo es el nuevo portaaviones Fujian de China
Se trata del primer portaaviones chino diseñado y construido íntegramente en el país, con un desplazamiento superior a las 80.000 toneladas, dado que los dos previos derivan de diseños soviéticos y emplean rampas de despegue en lugar de catapultas.
La entrada en servicio del Fujian marca el inicio de la “era de la catapulta electromagnética” en la Armada china y la transición de una defensa costera a una defensa en alta mar. El nuevo sistema le permite a los aviones cazas embarcados despegar con carga completa de combustible y armamento, lo que amplía su radio de combate y su capacidad ofensiva.
Además, la eficiencia operativa también se incrementa: el Fujian podría lanzar un caza J-15T cada 90 segundos y alcanzar un máximo de entre 270 y 300 despegues y aterrizajes diarios.
La modernización naval china mantiene la atención de Washington y de países de la región en un contexto de disputas territoriales en el mar de China Meridional y de tensiones en torno a Taiwán. Aunque Estados Unidos mantiene la flota de portaaviones más numerosa del mundo, Xi Jinping hoy puede decir que tiene la Armada más grande del mundo en términos de embarcaciones.

















