Gastón Zárate, el “Perejil” del caso Nora Dalmasso, fue detenido por un homicidio en Río Cuarto

Gastón Zárate, conocido como el “Perejil” en el caso por el asesinato de Nora Dalmasso en 2006, fue detenido por un crimen en la provincia de Córdoba, durante un partido de fútbol.
El hecho se produjo cuando Zárate y sus dos hijos adolescentes disputaban un partido de fútbol entre conocidos en complejo “El Águila de Río Cuarto” junto con otras personas.
De un momento a otro, comenzó una discusión entre el acusado y Rubén Ezequiel Acuña Ustarroz (37), que terminó con un final fatal.

Según testigos, la disputa se tornó más violenta y continuó en la calle. Allí, Zárate agarró un fierro y se lo clavó en la cabeza a Ustarroz, causándole la muerte de manera instantánea.
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Tanto el acusado como sus hijos se quedaron en el lugar y tras la llegada de la Policía, “El Perejil” fue detenido junto con el adolescente de 17 años, acusado de participar en la pelea.
La causa quedó a cargo del fiscal Javier Di Santo, el mismo que en el 2006 había ordenado su detención por el femicidio de Dalmasso, caso que prescribió y quedó impune.

Esta nueva investigación fue caratulada como homicidio. Primero, ambos detenidos fueron trasladados a sede judicial. Luego, el adulto fue derivado a la cárcel de Río Cuarto.
En cuanto al menor de edad detenido, quedó en calidad de demorado y se dispuso que el caso quede bajo secreto de sumario.
La declaración de la madre de la víctima
En diálogo con ‘Arriba Córdoba’, Beatriz, la mamá de Ustarroz, habló sobre lo ocurrido: “Se conocían de la cancha, iba de vez en cuando a jugar para distraerse. Su cable a tierra era un rato de fútbol, porque no toma, no fuma, no sale”.

“Es hijo adoptivo, lo tengo desde chiquito, desde que lo dejó la mamá. A sus 24 años me dieron el poder. Estudiaba ingeniería en electricidad, le faltaba una materia, me decía que este año se recibiría“, confesó.
Por último, según comentarios que le llegaron, Beatriz señaló que Zárate “era muy violento, que buscaba peleas y discusiones con cualquiera”. “Ya no me lo van a devolver más”, lamentó la mujer.