El otro presidente “Loco” que llevó la política al escenario antes que Milei y duró en el poder solo 5 meses
Cantó en escenarios frente a multitudes y admiraba a Carlos Menem. Quién fue el presidente fanático del rock que compartió pasiones e ideas con el mandatario argentino.
Abdalá Jaime Bucaram Ortíz fue presidente de Ecuador durante 5 meses entre el 96 y el 97, hasta que fue destituido por el Congreso. Al igual que Javier Milei en Argentina, impulsó un importante ajuste fiscal durante su presidencia y se inspiró en el Plan de Convertibilidad menemista, lo que lo llevó a establecer la paridad entre 4 sucres ecuatorianos y un dólar estadounidense.
Si bien la Argentina tuvo mandatarios con una fuerte impronta personalista que ocuparon las primeras planas de los diarios, el prime time de la televisión o el mundo del espectáculo y el deporte, no deja de llamar la atención que un presidente organice un recital para relanzar su campaña electoral.
La frescura que roza la excentricidad y catapultó Milei a la presidencia no tiene muchos precursores que rastrear. Sin embargo, sí existe un caso que comparte características con el del dirigente argentino: Abdalá Bucaram, presidente ecuatoriano entre el 10 de agosto de 1996 y el 6 de febrero de 1997, fecha en la que fue destituido por el Congreso Nacional.
A un mes de asumir la presidencia, llamó la atención de todo el país por la forma de su bigote, que sus opositores emparentaban con el de Adolf Hitler. Ante las críticas, organizó una afeitada en vivo, que transmitió por TV, y una colecta benéfica que recaudó 900 mil dólares.
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También supo subirse a los escenarios para dar un espectáculo musical. Junto con la agrupación uruguaya “Los Iracundos”, se presentó en la televisión y grabó un disco titulado Un Loco Que Ama, utilizando como emblema el apodo que le que suscitaría su impronta comunicativa.
En las elecciones de 1996 había salido segundo. Aun así logró entrar al ballotage y allí se impuso con el 54% de los votos. Las similitudes con su par argentino no se limitan nada más a sus modos, sino que también a la manera en la que llegó a ocupar las máximas atribuciones de un país.
Sin embargo, las denuncias por corrupción, su fragilidad parlamentaria y el creciente conflicto social en las calles de Ecuador acabarían con su corto mandato. 5 meses y 24 días fue el tiempo que le dio el congreso hasta destituirlo por “incapacidad mental”.
Tras su breve paso como jefe de Estado, se fue a Panamá donde permaneció por 20 años y cuyas causas judiciales expiraron. Durante la pandemia del covid-19, se vio implicado en un nuevo escándalo de corrupción y sumado a los escasos votos que logró juntar en las elecciones de 2021, le puso fin a su carrera política.












