Sesiones extraordinarias del Congreso: qué son, para qué sirven y por qué el Gobierno las convocó en diciembre 2025
El Gobierno llamó a sesiones extraordinarias y serán entre el 10 y el 30 de diciembre de 2025. Qué significa este mecanismo parlamentario y para qué sirve.

Las sesiones extraordinarias son un mecanismo previsto por la Constitución Nacional que permite que el Congreso sesione fuera del calendario habitual, cuando existe un “grave interés de orden o de progreso” que lo amerite. Normalmente, las sesiones ordinarias del Congreso se extienden entre el 1° de marzo y el 30 de noviembre de cada año y cuando ese período concluye, comienza el receso parlamentario, pero el Poder Ejecutivo puede convocar a extraordinarias y fijar un temario específico para tratar determinados proyectos.
Al convocar extraordinarias, el Gobierno define de antemano qué leyes o reformas ingresan al debate, lo que le permite fijar la agenda y acelerar su tratamiento sin depender del lento ritmo ni de negociaciones amplias que suelen darse en sesiones ordinarias.

Sesiones extraordinarias: cuándo se suelen usar y por qué
El llamado a sesiones extraordinarias suele ocurrir en momentos de urgencia o de prioridades legislativas definidas: por ejemplo, para aprobar presupuestos, reformas importantes o leyes que el Ejecutivo considera urgentes, como lo que ocurre con los 10 proyectos de ley que quiere implementar Javier Milei.
También se recurre a este mecanismo cuando un período ordinario ya terminó, es decir, después del 30 de noviembre, y el Gobierno quiere seguir trabajando con leyes clave antes del verano sin esperar al inicio del próximo ciclo legislativo en marzo.
Este recurso le permite al Ejecutivo reducir tiempos, evitar bloqueos propios de negociaciones largas, y mediante decreto de convocatoria, definir qué proyectos se tratarán con lo que tiene más control sobre la agenda parlamentaria.

Ventajas limitaciones de las sesiones extraordinarias
Ventajas
- Acelera el tratamiento de leyes urgentes o prioritarias.
- Permite fijar un temario cerrado, evitando que se agreguen iniciativas nuevas sin consenso.
- Facilita al Ejecutivo avanzar reformas estructurales —presupuestos, cambios económicos, reformas laborales o tributarias— sin depender del calendario legislativo regular.
Limitaciones
- Las cámaras sólo pueden debatir lo que el decreto de convocatoria establece: no se pueden sumar otros temas libremente.
- Reduce el margen de negociación y deliberación amplia que suele existir en sesiones ordinarias —puede ser criticado por falta de debate o agilidad forzada.
- Para leyes de contenido muy amplio o controversiales, puede generar resistencia o denuncias de apresuramiento.
Por qué está en foco hoy: lo que busca tratar el Gobierno
En el contexto actual, el Gobierno tiene sobre la mesa una batería de proyectos clave para 2026: Presupuesto 2026, reformas laboral, tributaria y penal, entre otras. Al haberse cerrado el período ordinario de sesiones el 30 de noviembre, las sesiones extraordinarias ofrecen un atajo para llevar al Congreso esas iniciativas sin tener que esperar hasta marzo, cuando se reanude el ciclo regular.
Además, el oficialismo ya logró dictamen de mayoría en Comisión para el Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados, lo que le da ventaja para tratarlo en el recinto apenas se habilite el período extraordinario.

Las sesiones extraordinarias funcionan como una herramienta de emergencia institucional: un mecanismo legal, ágil y concentrado para habilitar al Congreso a legislar fuera del calendario normal cuando surgen cuestiones urgentes o estratégicas.
En el contexto político actual, con reformas de peso sobre la mesa y el deseo de avanzar rápido, este mecanismo adquiere relevancia: puede acelerar decisiones clave, pero también pone a prueba la transparencia, la deliberación y la calidad del debate democrático.















