Ideal para el mediodía: la receta ideal para disfrutar la espinaca gratinada con queso y crema

El gratinado es una técnica culinaria francesa que le da textura, sabor y una capa crujiente a cualquier comida. Y aunque tradicionalmente se utiliza para darle un toque gourmet, es ideal para enriquecer los vegetales. En este caso, logra el protagonismo perfecto en esta receta junto al queso con espinaca, una de las comidas que salvarán tus mediodías.

Para lograr un gratinado perfecto, se recomienda usar quesos que se fundan perfectamente y sean cremosos, llenos de sabor y, sobre todo, fáciles de degustar.
Lo ideal, es servir el plato caliente para poder disfrutar de todos los sabores juntos. El gusto de la espinaca se combina perfectamente con el salado del queso, y la base cremosa es la corona de la reina de las comidas fáciles y nutritivas.

Paso a paso, cómo hacer espinaca gratinada con queso y crema
Ingredientes (para 4 porciones):
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- 500 g de espinacas frescas (o 400 g congeladas)
- 200 ml de crema de leche (nata)
- 1 diente de ajo picado (opcional)
- 100 g de queso rallado (mozzarella, parmesano o mezcla de quesos que fundan bien)
- 1 cda de manteca/mantequilla
- Sal, pimienta y nuez moscada a gusto
- (Opcional) 2 cdas de queso crema para más cremosidad
Paso a paso:
Si usás espinaca fresca: lavá y cociná al vapor o salteá unos minutos hasta que se ablanden. En el caso de que sea descongelá y escurrí bien el exceso de agua. Picá groseramente y reservá.
En una sartén, derretí la manteca y salteá el ajo picado por 1 minuto. Luego, agregá las espinacas, sal, pimienta y una pizca de nuez moscada. Mezclá.
Añadí la crema de leche y, si querés, el queso crema. Cociná a fuego bajo unos 3-5 minutos hasta que la mezcla tome cuerpo.

Para el gratinado, volcá la mezcla en una fuente para horno y espolvoreá con el queso rallado de forma generosa. Luego, llevá al horno precalentado a 200 °C por 10-15 minutos o hasta que el queso esté bien dorado y burbujeante. Si tu horno tiene grill, usalo en los últimos 3-5 minutos para una capa más crocante.
Para una versión más sabrosa, mezclá quesos: parmesano para sabor, mozzarella para fundido y cheddar para color. Podés agregar una capa fina de pan rallado con manteca sobre el queso para más crocancia.