A 100 años de una final histórica: la Navidad que Argentina y Brasil definieron una Copa América en medio de una batalla campal
El Campeonato Sudamericano de 1925 se jugó en Buenos Aires y contó con solo 3 selecciones. La “Albiceleste” estaba conformada en mayor parte por jugadores que participaron de la gira de Boca por Europa. Piñas, goles, nombres históricos y una fecha inédita.

El 25 de diciembre no suele ser una fecha en la que haya fútbol en Argentina. Durante este día, los hinchas pasan un buen rato frente al televisor disfrutando de partidos de las ligas europeas, como el caso del tradicional Boxing Day de la Premier League-aunque este año no tendrá acción-. Sin embargo, hubo una Navidad en la cual la Selección Argentina le regaló al un título al país, nada menos que contra Brasil.
El encuentro en cuestión tuvo lugar hace 100 años: el 25 de diciembre de 1925, se disputó la final del Campeonato Sudamericano, hoy conocido como Copa América. Aquella edición tuvo a Buenos Aires como sede, contó con la menor cantidad de selecciones participantes y la final estuvo marcada por una batalla campal.

Así se jugó la Copa América de 1925
Argentina, Brasil y Paraguay fueron los únicos competidores del torneo que se jugaba de manera anual. Chile no quiso participar por temor a repetir su pobre desempeño el año anterior (perdió los 3 partidos, marcó 1 solo gol y recibió 10), mientras que Uruguay atravesaba una dura crisis institucional.
El combinado nacional estaba integrado por jugadores de la Asociación Argentina de Football, que en aquel entonces estaba afiliada a la Confederación Sudamericana y la FIFA. Gran parte del plantel pertenecía a Boca Juniors, que meses antes había completado su histórica gira por Europa.
Al contar con tan pocos equipos, se decidió jugar un todos contra todos ida y vuelta. La competencia comenzó el 29 de noviembre: la “Albiceleste” debutó con un triunfo 2-0 ante Paraguay. El 13 de diciembre goleó 4-1 a Brasil y una semana después volvió a vencer a la “Albirroja”, esta vez por 3-1.
El 25 de diciembre tendría lugar la gran definición ante 18 mil personas en la cancha de Sportivo Barracas, ubicada en Iriarte y Luzuriaga (los otros encuentros se jugaron en la cancha de Boca, emplazada en Brandsen y Del Crucero). A la Selección le bastaba con el empate, mientras que la “Canarinha”, que había salido victoriosa de sus encuentros ante los paraguayos, necesitaba ganar para forzar el desempate por el título.

Argentina salió a la cancha con: Américo Tesoriere (Boca); Ludovico Bidoglio (Boca) y Ramón Alfredo Muttis (Boca); Ángel Segundo Médici (Boca), Luis Vaccaro (Argentinos Juniors) y Mario Fortunato (Boca); Domingo Alberto Tarasconi (Boca), Antonio Cerrotti (Boca), Miguel Seoane (El Porvenir), Alejandro De los Santos (El Porvenir, primer jugador de raza negra en la historia de la Selección) y Juan Bianchi (Progresista). El mismo Tesoriere hacía las veces de entrenador.
Por su parte, Brasil contaba con un plantel conformado por grandes figuras, entre ellas Arthur Friendenreich, considerado por muchos como el “antecesor de Pelé”.
La final, marcada por el escándalo
A los 27 minutos de iniciado el partido, Severino Franco da Silva, conocido como Lagarto, habilitó a Friendenreich, quien venció a Tesoriere y dispuso el 1-0 para la visita. Tres minutos más tarde, Nilo Braga marcaría el 2-0 para los brasileños y todo parecía que debería definirse en un desempate.
Los libros de historia marcan que antes del final del primer tiempo se desató una batalla campal: Muttis le aplicó una fuerte falta Friedenreich. El brasileño reaccionó y el argentino no se achicó: trompadas volaron para todas partes y el incidente desencadenó en incidentes entre ambos planteles y hasta hinchas que invadieron el campo de juego. Tras minutos de tensión, el juego se reanudó tras una tregua.
Antes de irse al entretiempo, Cerrotti descontó y selló el 1-2 argentino. El empate llegó a los diez minutos del segundo tiempo en los pies de Seoane, quien fue el goleador del torneo con 6 tantos.

Con el resultado 2-2, Argentina se consagraría campeona de América por segunda vez en su historia (había conseguido el título en 1921).
El plantel visitante afirmaba que los incidentes habían afectado en su rendimiento y por ello la “Albiceleste” había llegado al empate. Tal era la bronca que los hinchas brasileños organizaron una protesta en la Avenida Rio Branco, en Río de Janeiro. Para calmar las aguas, Brasil y Argentina no se volverían a enfrentar hasta dentro de 12 años.















