Dios salve a Piquín: "Freddie" brilla en calle Corrientes
El bailarín se luce junto a Cecilia Figaredo, Lucila Alves y un fantástico cuerpo de danza.
La magia y la mística del líder de Queen se representan en 18 clásicos.
La Reina deslumbra en la calle del espectáculo.
Cobertura exclusiva de 26Noticias.
Por Canal26
Viernes 23 de Septiembre de 2011 - 00:00
Las luces del “Astros” se apagan y uno que merece tal calificativo está por salir a escena. Increíblemente, Freddie Mercury está ante los ojos del público. Se mueve, contonea su figura, canta, encanta y su vida se expone en 18 de sus canciones. Pero no es “La Reina” la que baila... es Hernán Piquín, que logra interpretrar al mítico ídolo a la perfección.
“La Ceremonia” da inicio al espectáculo con la voz de Freddie interpretando “The show must go on”. El líder de Queen aparece en su lecho de muerte y las noticias anuncian su inesperado deceso en medio de su apogeo.
Entonces, comienza a narrarse su vida, colmada de emociones. Desde que parte de su Zanzíbar natal, en África y se aleja de su madre hasta su llegada a Bombay, en la India con “Living on my own” de fondo. A Piquín lo acompañan Cecilia Figaredo (La Muerte), Lucila Alves y un fantástico cuerpo de baile. Anita Martínez protagoniza a la madre del músico.
Así es él, Freddie vive su propia vida, hace lo que quiere y va descubriendo su propio interior. Desde el primer e incondicional amor en su llegada a Londres, Mary Austin, -interpretada por Figaredo y con “Love of my life” en los parlantes-, la pasión por el escenario representada con “We will rock you” (donde el Freddie argentino luce la tradicional chaqueta amarilla con botones) y el descubrimiento de su sexualidad en camarines bajo la hermosa melodía de “Somebody to love”. Cuenta la historia que el cantante tuvo un encuentro amoroso con un ejecutivo de la compañía Elektra Records, que acabó con la relación que tenía con su esposa. En escena, Piquín expone su talento en la danza y representa perfectamente cada momento en la vida del músico.
El amor, ese sentimiento único en la vida de la estrella del rock que sumo enamorar y conquistar un género sin distinción de edades o sexualidad. En esa búsqueda de alguien a quien amar es donde descubre su verdadera identidad y con esa elección de vida es con la que se irá de este mundo no sin antes haber puesto el mundo a sus pies. También, es la decisión que provoca su separación en 1977 y la pasión desenfrenada que lo lleva a pensar que nada puede pararlo. Mientras, el ballet enfundado en cuero negro se luce con “Don´t stop me now”.
A lo largo de las escenas, se suceden más momentos en la vida del líder de Queen: sus excesos, sus amores, su plenitud, su enfermedad y finalmente su muerte. Es en una noche de amor cuando conoce a quien lo acompañará hasta sus últimos días. Se trata de un peluquero llamado Jim Hutton, que descubrió en 1990 que era portador del virus HIV. Casi una década después, el 1 de enero de 2010, morirá de cáncer de pulmón.
Destacada danza entre Piquín y Anita Martínez describen la relación del intérprete con su madre mientras suena la inolvidable “Rapsodia Bohemia”, una de las mejores canciones de Queen y, según algunos, la mejor canción de la historia. Minutos despúes, su cumpleaños de 1985 se representará con “Killer Queen” de fondo.
En medio de su enamoramiento de Jim y su apogeo con Queen, representado con “Radio Ga Ga”, donde el bailarín está enfundado en su traje blanco y capa, llega esa carta en 1987 que confirma su enfermedad y aquel dicho de esa canción: “Demasiado amor te matará”.
Punto aparte merece la interpretación de Figaredo y los bailarines en la orgía de la muerte. La bailarina se luce entre cuerpos semidesnudos al ritmo de “Love kills” (El amor mata), preludio de un final anunciado.
Lo siguiente, no es más que representar el dolor de esa triste noticia, la que jamás hubiera querido enterarse. “Don' try so hard” y “Mother love”, son los temas elegidos para el momento más doloroso en la vida del ídolo, tan bien expresado en el cuerpo de Piquín y con su perdida mirada en cada traje usado en su era dorada con su banda.
El baile a la eternidad es la despedida de sus seres queridos, que recuerda a aquel 23 de noviembre de 1991 cuando anunció al mundo que tenía Sida y horas después, moría a los 45 años.
Para el final, del humo nacen los bailarines para desplegar su última danza y el impacto llegará con la aparición de una tarima que se eleva ante los ojos de un público cautivado: es Freddie o Piquín, mejor dicho, que sale vestido de rey, de espaldas y elevando su mano mientras “We are the champions” recibe todos los aplausos y ovaciones por esta noche mágica y emotiva.
Las lágrimas no pueden ser contenidas por los seguidores del músico, ni por ningún espectador. La noche pide un poco más de música. Entonces, con “I want to break free” y “Another one bites the dust”, los artistas dejan la escena luego de ser coronados como reyes de la noche. No podía ser menos, es la vida de un rey... y, claro está, Dios salve a la Reina.
(Texto y fotos del espectáculo de Claudia Seta, exclusivos para 26Noticias)