Cómo hacer la verdadera tarantela, el postre que combina lo mejor del budín de pan con la tarta de manzana
Se trata de uno de los postres más clásicos y fáciles de preparar. Cómo replicarlo en tu casa.

La tarantela es uno de los postres más clásicos en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un postre tradicional, hecho a base de manzana, que podemos encontrar en la carta de muchos restaurantes y además se puede replicar en la casa.
Cómo hacer la receta de Tarantela de manzanas
Ingredientes
- Caramelo líquido, c/n
- Azúcar, 150 gramos
- Crema de leche, 100 gramos
- Huevos, 8 unidades
- Pan lactal, 20 rodajas
- Manzanas, 600 gramos (3 unidades, aproximadamente)
- Manteca pomada, 150 gramos

Tarantela de manzana. Foto: captura YouTube
Paso a paso
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- Primero, retirar los bordes del pan lactal y una cada rodaja en manteca pomada
- En un bowl aparte mezclar los huevos, el azúcar y la crema de leche. Reservar las dos preparaciones
- Descorazoná las manzanas y procesar las mitades en la procesadora o licuadora.
- En un molde para budín, colocar el caramelo líquido y luego una capa de rodajas de pan con el lado untado de manteca sobre el caramelo
- Sumar una capa fina de manzanas y agregar un cucharón del ligue de huevos y crema que reservaste
- Agrega otra capa de pan, pero con el lado de la manteca boca arriba. Luego, otra capa de manzanas y más ligue hasta cubrir
- Repite el proceso y luego tapa con una capa de pan con la manteca para abajo. Colocar el ligue para llenar el interior y un poco de manteca sobre la superficie.
- Llevar la budinera a baño María en el horno hasta que el ligue coagule. Retira y deja enfriar en la heladera por 8 horas
- Luego, desmolda la Tarantela de manzanas y sirve con más caramelo líquido.
Origen de la tarantela
Se cree que, aparentemente, este postre habría sido ideado por inmigrantes italianos, provenientes de Boccadasse (Génova), quienes se establecieron en el barrio de La Boca al igual que muchos otros. El famoso postre habría sido denominado “tarantela” porque al servirlo, el budín parecería “temblar” o “moverse” de manera inestable, así como si bailase la tarantela.