Deliciosa y rendidora: paso a paso para hacer la mejor schiacciata, la focaccia más crujiente

El argentino tiene raíces muy italianas y sabe perfectamente el placer de comer una schiacciata recién preparada. Esta especie de tarta es una variante de la focaccia típica de la región de Toscana y tiene una técnica milenaria de preparación digna de los más exquisitos de la comida.
Su nombre viene del verbo schiacciare, que significa "aplastar", y se refiere a cómo se extiende la masa: bien fina, aplastada y crocante por fuera, suave por dentro. A menudo se rellena o se sirve sola con aceite de oliva y sal gruesa.

La schiacciata se distingue por ser más plana, crujiente y sabrosa, y puede comerse como un simple bocadillo en la hora de la merienda, o disfrutarse con jamón y queso, albahaca y tomate e incluso algunos osados la sirven con dulces y frutas.
Por supuesto, esta receta también puede hacerse en casa con algunos ingredientes secretos y un gran amor a la cocina italiana. ¡ponete el delantal y vamos a cocinar!
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Receta de Schiacciata Toscana
Ingredientes
- 500 g de harina 000
- 10 g de sal
- 7 g de levadura seca (o 25 g de levadura fresca)
- 300 ml de agua tibia
- 30 ml de aceite de oliva extra virgen (más extra para pincelar)
- Sal gruesa (para espolvorear)
- Romero fresco (opcional)
El paso a paso
Antes de comenzar, activá la levadura: si es seca, disolvela en agua tibia con una pizca de azúcar y dejala reposar por 10 minutos hasta que se espume. Si es fresca, el paso es similar, solamente que deberás disolverla directamente.
Luego, en un bowl grande, mezclá la harina con la sal. Hacé un hueco en el centro y agregá la levadura activada y el aceite de oliva. Mezclá hasta integrar y luego amasá durante 10 minutos hasta lograr una masa suave y elástica.
Cubrí la masa con un paño y dejala levar en un lugar cálido por 1 hora o hasta que duplique su tamaño. Este será el primer levado, así que ¡paciencia!

Una vez que ese tiempo haya pasado, estirá la masa directamente sobre una bandeja aceitada, aplastándola con las manos hasta dejarla de unos 2 cm de espesor. No hace falta usar palo de amasar.
Dejala reposar nuevamente unos 30 minutos. Esto le da más aire a la masa y mejora la textura. Luego pincelá generosamente con aceite de oliva, hacé hoyitos con los dedos y espolvoreá con sal gruesa y romero fresco si querés.
Horneá a 220 °C durante unos 20 a 25 minutos, o hasta que esté dorada por fuera y con el fondo crujiente.