El pasaje con forma de herradura de CABA que venció el paso del tiempo: inspiró a Borges y fue la casa de personajes ilustres

La Ciudad de Buenos Aires enamora, ofrece cualquier tipo de propuestas e inspira. Algunos rincones se destacan por sobre otros dependiendo de su encanto y el famoso pasaje "La Piedad" es uno, ya que, a diferencia de otros, la tranquilidad aquí está garantizada. Además, es un icónico lugar para los amantes del arte.
Además de inspirar a escritores y cineastas, tiene la particularidad de que es la única con forma de herradura, está compuesta por 114 viviendas y cuenta con un teatro del mismo nombre que abre sus puertas en ocasiones especiales.
Así nació el Pasaje de La Piedad
Se trata de un angosto callejón con dos ingresos, ubicado en el barrio porteño de San Nicolás, en la calle Bartolomé Mitre 1525 a tres cuadras del Palacio del Congreso de la Nación y a 800 metros del Obelisco. Su historia se remonta al proyecto de Arturo Gramajo, intendente de Buenos Aires en el siglo XIX y que deseaba inaugurar un pasaje con todos los lujos.
Los genoveses Nicolás y José Canales estuvieron a cargo del proyecto, que inició en 1888 y fue completado en 1909, luego de que el arquitecto piamontés Juan Antonio Buschiazzo le diera los toques finales.
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Tras su finalización, cientos de familias se mudaron al lugar, cumpliendo este rol en la actualidad.

¿Qué características tiene el Pasaje de La Piedad?
Las fachadas de los edificios que conforman el Pasaje de La Piedad tienen distintos diseños, se dividen en tres cuerpos y 49 unidades están frente a la calle de adoquines que también adopta la forma de herradura.
Con el paso del tiempo colocaron un vallado en sus accesos para garantizar mayor seguridad, contando con una arquitectura de las casas con influencia italiana. Además, aún conserva trabajos de herrería del siglo XIX y puertas de madera originales.
El motivo de su nombre es por la Iglesia de la Señora de la Piedad del Monte Calvario, ubicada frente al pasaje.

Inspiración artística
Dicen los que saben que el lugar sirvió de inspiración para algunos versos de Jorge Luis Borges. No solo eso, allí vivieron los tangueros Juan D’Arienzo y Miguel Caló, el bailarín Jorge Donn, el actor Alberto Olmedo, el director de cine Enrique Carreras y el conductor Andrés Percivale. Es decir, un lugar que respiró y respira arte.

También fue escenario de muchas producciones de cine como las películas Fiebre de primavera, La orquídea, Un guapo del 900, Pobre mi madre querida, Mi noche triste y El infierno tan temido. También tuvo un paso por Hollywood porque ahí se filmó Assassination Tango, de Robert Duvall y por su teatro pasaron Alfredo Alcón y Libertad Lamarque.