Ni frita ni hervida: la mejor forma de cocinar la remolacha sin que pierda sus nutrientes

Una de las verduras más utilizas por su versatilidad en la cocina es la remolacha. Es una hortaliza rica en antioxidantes, fibra, potasio, ácido fólico y nitratos naturales, y consumirla es beneficiosa para la presión arterial y la salud cardiovascular. Sin embargo, la forma de cocinarla puede afectar sus propiedades
Una de las cocciones más comunes es hervida para puré o frita para preparar chips. El problema es que al hervirla, parte de sus vitaminas, como la C y el folato, pueden perderse. Y en el caso de freírla no solo aumentan las calorías, sino que también se modifica su textura y sabor.

La remolacha asada es la mejor opción
La remolacha asada es una de las mejores opciones para cocinar esta verdura ya que permite conservar sus nutrientes, concentrar sus azúcares naturales y evitar que absorba grasas innecesarias.
A diferencia del hervor, hornearla mantiene intactos los compuestos antioxidantes y los minerales, como el potasio y el magnesio. Además, este método potencia el sabor dulce sin la necesidad de agregarle azúcar.
Paso a paso para preparar la remolacha asada
- Lavar las remolachas hasta sacar toda la tierra.
- Secar las remolachas y envolverlas en papel aluminio para que conserven la humedad.
- Precalentar el horno a 200 °C.
- Colocar las remolachas en una bandeja y cocinar durante 45 a 60 minutos, según el tamaño.
- Dejar enfriar las remolachas y pelar con las manos o con un cuchillo. Cortar en cubos o rodajas.
- Condimentar a gusto con aceite de oliva, sal marina, pimienta o vinagre balsámico.