Argentina busca modernizar la potencia de fuego del Ejército: planea adquirir 72 unidades de artillería autopropulsada
Tras la compra de 25 aviones caza F-16 a Dinamarca y la adquisición de Vehículos de Combate Blindado a Rueda (VCBR) 8×8 Stryker, el Ministerio de Defensa de Argentina busca modernizar la potencia de fuego del Ejército con la incorporación de 72 sistemas de artillería autopropulsada.
La cartera comandada por Luis Petri incluyó esta iniciativa en en su plan de inversiones para el período 2026-2028 presentado al Congreso, lo que representa un esfuerzo sin precedentes para reconstruir la capacidad de combate terrestre del país tras años de modernización limitada.

En un contexto de creciente modernización regional, este programa constituye uno de los pocos objetivos concretos de modernización incluidos en el presupuesto oficial de defensa de Argentina. El programa busca equipar a los cuatro Grupos de Artillería Blindada con nuevos sistemas para reemplazar las plataformas obsoletas, muchas de las cuales llevan más de 40 años en servicio.
El plan aún no especifica qué sistemas se comprarán, aunque información extraoficial menciona un presupuesto estimado de alrededor de 160 millones de dólares estadounidenses.
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La importancia para el Ejército Argentino de contar con artillería autopropulsada
Hoy el Ejército Argentino carece prácticamente de capacidad de artillería autopropulsada adecuada para el combate moderno. Aunque se recurre a soluciones temporales que permiten realizar disparos masivos sobre grandes áreas (4.769 km²), esas medidas no reemplazan a sistemas diseñados específicamente para este rol.

Según el Planeamiento Estratégico Militar, la meta es incorporar 72 vehículos de artillería autopropulsada. Con esa cantidad se podría cubrir con fuego concentrado un área de 276.948 km², lo que permitiría ofrecer protección inmediata al 47,2% de los Objetivos de Valor Estratégico, que son puntos o zonas del territorio considerados prioritarios para la defensa nacional(17 de 36).
El proyecto entregará un servicio de defensa mecanizado (a rueda y a oruga) con capacidad de potencia de fuego autopropulsado de largo alcance y despliegue rápido. Esta capacidad, integrada con otros sistemas y servicios, fortalecerá la cobertura y la respuesta operativa de la Defensa Nacional.


















