El choclo más caro de la historia: cuánto sale en las playas de Mar del Plata y cuánto en las verdulerías de barrio
La diferencia de precios pone en evidencia el contraste entre lo que cuesta el producto fresco en los comercios de barrio y el valor que adquiere cuando se vende en la playa.

El choclo es uno de los alimentos más elegidos por los ciudadanos que visitan las playas de Mar del Plata. Sin embargo, su precio se convirtió en tema de conversación entre reposeras y carpas.
Comer un choclo en la orilla del mar cuesta alrededor de $7.000 por unidad, mientras que en una verdulería de la ciudad, en oferta y con producto directo del Mercado Central, el kilo se vende a $1.700. Según los comerciantes, consultados por la Agencia Noticias Argentinas, en ese peso entran entre cuatro y seis choclos, dependiendo del tamaño.
La diferencia de valores expone el contraste entre el costo del producto fresco en comercios de cercanía y el precio que alcanza cuando se comercializa en playa.

Mar del Plata: qué explica la diferencia de precios
En los puestos ambulantes y balnearios, el precio final incluye:
- Traslado del producto hasta la costa
- Conservación y manipulación segura de alimentos
- Estacionalidad de la demanda
- Presión de temporada alta
- Servicio y comodidad para el turista
Para muchos veraneantes, ese plus forma parte de la experiencia de consumo en la playa. Sin embargo, para otros, la brecha de precios impulsa alternativas como preparar viandas o comprar previamente en las verdulerías del barrio.
Cuánto rinde comprar por kilo
Con la oferta vigente en verdulerías marplatenses, por $1.700 se pueden comprar entre cuatro y seis choclos, lo que reduce notablemente el costo por unidad frente al consumo playero.
La diferencia vuelve a poner en agenda el costo del gasto diario en la costa y obliga a los ciudadanos a comparar precios y planificar compras antes de bajar a la playa.

“Con un sueldo de $1,5 millones es difícil moverse”: el difícil momento que atraviesa el turismo en Mar del Plata de cara al verano 2026
Jesús Osorno, el secretario de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata, afirmó que la actividad turística que está teniendo este diciembre le recuerda a los niveles que experimentó en el 2000 y 2001, previo al estallido de la crisis económica. La caída en la ocupación hotelera y el menor consumo veraniego, los grandes responsables.
“Tendría que remitirme al 2000 o 2001, cuando se preveía la crisis. Me puede fallar la memoria, pero estamos flojos”, aseguró Osorno. Los dichos fueron realizados en una entrevista con Radio Con Vos, al ser preguntado por el estado actual en la ciudad costera. La respuesta revela índices más bajos de lo esperado en Navidad. Aunque el escenario mejorará en Año Nuevo, el promedio será de entre 50% y 60% de ocupación en la ciudad.
El empresario aclaró que el impacto no es uniforme, y que en algunas zonas los números pueden ser algo más altos, como en los hospedajes céntricos, pero que a nivel general, la situación es complicada.
En relación con lo que se espera para el resto del verano, Osorno mantuvo la cautela y descartó la posibilidad de una ocupación plena. “El país no está al 100%. Somos optimistas, pero hay una crisis en el bolsillo que se hace sentir. Decir que vamos a estar al cien es mucho”, vaticinó.

¿Por qué cayó el turismo este verano?
Las dificultades que afronta el sector que vive del turismo interno se explicaría a partir de un cambio de comportamiento por parte de los visitantes. Según Osorno, muchos optan por ir a Brasil o Uruguay, e incluso algunos no pueden tomarse vacaciones por falta de recursos económicos. Sin embargo, para el hotelero el principal problema sigue siendo la falta de poder adquisitivo. “Brasil se puso más caro que Mar del Plata. Es un conjunto de factores, pero el bolsillo pesa más que todo”.
“Con un sueldo promedio de un millón y medio es muy difícil moverse en la Argentina”, explicó, y advirtió que muchas familias no podrán viajar. Además, existen casos de algunos establecimientos que decidieron no abrir durante las fiestas, ya que “les sale más caro abrir que permanecer cerrados en Navidad y Año Nuevo”.
Esto se debería, en palabras del empresario, a que ciertos sectores que solían vacacionar en la costa dejaron de hacerlo. “Falta el turismo de grupos que venía de Mendoza, Córdoba o Santiago del Estero y se alojaba en ese tipo de lugares”, detalló.
Por último, se refirió a la situación económica general: “El Gobierno está resolviendo la parte macro, pero en las empresas de consumo diario y en las PyMEs, que en Mar del Plata son mayoría, se siente fuerte: no están las ventas como siempre”.



















