El delineado perfecto para tus ojos: tips que cambian la mirada y marcan la diferencia

Delineado, maquillaje, ojo, mirada. Foto PINTEREST

Desde tiempos antiguos, el maquillaje de ojos ha sido mucho más que una cuestión estética: ha funcionado como símbolo cultural, herramienta de protección y medio de expresión personal. Civilizaciones como la egipcia ya utilizaban el famoso kohl para delinear la mirada, no solo por razones decorativas, sino también espirituales. Según el Museo Británico, se creía que ese maquillaje protegía contra el “mal de ojo” y ofrecía resguardo frente al sol abrasador del desierto.

A lo largo de la historia, los estilos han ido evolucionando, desde las cejas delgadas y arqueadas del Renacimiento hasta los delineados gráficos y audaces del siglo XXI. Cada tendencia ha reflejado las modas, creencias y aspiraciones de su época, confirmando que la forma en la que maquillamos los ojos dice mucho más de lo que parece.

Cómo lograr un delineado perfecto. Foto: Unsplash.

Hoy, el maquillaje de ojos sigue teniendo un fuerte impacto en la percepción que generamos. Investigaciones realizadas por las universidades de Harvard y Boston revelan que el maquillaje puede influir en cómo se nos percibe en términos de simpatía, competencia y confianza. Herramientas como el delineador, la sombra o la máscara de pestañas no solo embellecen, sino que permiten modificar visualmente la forma del ojo: hacerlo ver más grande, más rasgado o incluso más despierto.

Aunque existen múltiples estilos, no hay un delineado único que funcione para todos. Tal como explican desde Maybelline New York, lo más importante es reconocer la estructura natural de tus ojos y elegir el trazo que mejor la complemente. Con algo de práctica y conocimiento, delinear tus ojos puede transformarse en una herramienta poderosa tanto estética como expresiva.

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4 formas de delinear según tu tipo de ojo

Ojos redondos

Tienen una apariencia luminosa y despierta, pero si lo que se busca es estilizar la mirada, lo ideal es un delineado estilo cat eye o felino. Para lograrlo, hay que comenzar desde la mitad hacia afuera, evitando marcar el lagrimal. Extender el rabillo en diagonal hacia la sien para alargar el ojo y suavizar su curvatura.

Delineado, maquillaje, ojo, mirada. Foto PINTEREST

Ojos almendrados

Para quienes ya tienen una forma naturalmente rasgada pero buscan ojos más abiertos, se puede aplicar un delineador nude o blanco en la línea de agua inferior. Luego, trazar una línea negra o marrón mate sobre las pestañas superiores, comenzando justo desde donde empieza el iris. Hacer que el centro de la línea sea levemente más grueso y elevar sutilmente el final del trazo.

Delineado, maquillaje, ojo, mirada. Foto PINTEREST

Ojos caídos o decaídos

La clave acá es levantar visualmente la mirada. Empezar con un delineado fino en el lagrimal y aumentar el grosor progresivamente hacia el extremo externo. Un aplicador curvo puede ayudarte a crear un rabillo ascendente sin perder precisión. Además, usar máscara en las pestañas externas para reforzar ese efecto de "lifting".

Delineado, maquillaje, ojo, mirada. Foto PINTEREST

Ojos prominentes

Si los ojos ya destacan bastante y no se quiere dar más volumen, hay que elegir un delineado sutil. Trazos finos y bien definidos bastan para enmarcar la mirada sin exagerarla. Completar con una buena dosis de rímel para unificar el conjunto y disimular posibles errores sin recargar.

Delineado, maquillaje, ojo, mirada. Foto PINTEREST

Aprender a delinear según tu tipo de ojo no solo mejora el resultado final, sino que te permite jugar con la armonía del rostro. Plataformas como YouTube, con artistas como Lisa Eldridge, y revistas especializadas como Allure, ofrecen guías visuales y tutoriales que van desde lo más básico hasta técnicas avanzadas.

¿Un último consejo? Si el delineado no te quedó como esperabas, no desesperes. Una vez que se seca, se puede corregir con un hisopo humedecido en desmaquillante o con un pincel fino y corrector. Lo importante es practicar y animarse a experimentar: la mirada, después de todo, es uno de los rasgos más expresivos de la cara.