Negociaciones paralelas y ajustes de partidas: así fue el mapa de elaboración del Presupuesto 2026 que se aprobó en el Senado
Javier Milei celebró la aprobación del Presupuesto 2026 y la Ley de Inocencia Fiscal, dos metas que ansiaba para antes del cierre del año además de la reforma laboral. El paso a paso del Gobierno hasta la sesión del 26 de diciembre en la Cámara de Senadores.

La aprobación del Presupuesto 2026, el primero de la gestión de Javier Milei, fue el resultado de una combinación de negociaciones formales en el Congreso y contactos políticos informales en las semanas previas a su tratamiento. La elaboración y el consenso alrededor de la iniciativa implicaron, según fuentes legislativas, un mapa de conversaciones que incluyó tanto a gobernadores como a referentes de bloques parlamentarios clave, con el objetivo de garantizar los votos necesarios para la media sanción en la Cámara de Diputados y el avance en el Senado.
La estrategia del oficialismo se apoyó en una serie de negociaciones paralelas con distintos sectores políticos y provinciales. En ese contexto, el Gobierno nacional debió ajustar partidas y discutir ciertas cláusulas con gobernadores que tenían intereses sectoriales particularmente sensibles, como fondos para obras, subsidios y el financiamiento de servicios esenciales. De acuerdo con legisladores que participaron de las tratativas, la repartición de recursos y las prioridades de gasto fueron puntos que requirieron acuerdos sector por sector antes de que el texto final llegara al recinto.
Además de las conversaciones con voceros provinciales, el bloque de La Libertad Avanza jugó un rol central. La nueva conformación parlamentaria obligó al oficialismo a capitalizar el apoyo de su propia bancada y a mantener comunicación constante entre la Casa Rosada y los dirigentes legislativos. El intercambio de información, instrucciones de votación y criterios de negociación se dio en muchos casos a través de llamadas y coordinación contrarreloj, especialmente cuando surgían cambios de último momento en el texto o en las condiciones políticas.

Una de las tensiones más marcadas se dio en torno al Capítulo XI, que proponía la derogación de leyes consideradas inviables por el Ejecutivo, como la de Financiamiento Universitario y la de Emergencia en Discapacidad. Aunque ese bloque específico fue rechazado en Diputados, la presión para que permaneciera en la agenda obligó a reacomodar el resto de los artículos y reorganizar la estrategia de negociación con aliados y opositores. Esto generó, según referentes parlamentarios, varios contactos urgentes y consultas a lo largo de días intensos de tramitación legislativa.
En paralelo, la gestión estructuró una coordinación permanente entre los equipos técnicos de Hacienda y los asesores legislativos, con reuniones que a menudo se extendieron hasta entrada la noche. El objetivo fue asegurar que las modificaciones de redacción no derivaran en errores técnicos o contradicciones legales que pudieran trabar la sanción definitiva. Voceros del oficialismo indicaron que esta articulación permitió minimizar fisuras internas y fortalecer la defensa del proyecto frente a cuestionamientos públicos y mediáticos.
Finalmente, el Presupuesto 2026 logró avanzar a pesar de las diferencias internas y las presiones externas, constituyéndose en un hito para la administración de Milei: es la primera ley de este tipo desde que asumió la presidencia y según su equipo económico, un paso clave para consolidar el orden fiscal y las prioridades de gasto del próximo año. Ahora la atención se traslada al tratamiento en el Senado, donde la continuidad de la estrategia de negociaciones y el uso de los canales formales e informales de diálogo serán determinantes para su aprobación sin modificaciones sustanciales.
Qué estrategia impulsa la CGT para bloquear la reforma laboral: la respuesta del gobierno de Milei en medio de la aprobación del Presupuesto 2026
La Confederación General del Trabajo (CGT) intensificó su estrategia para intentar frenar la aprobación de la reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional y ahora se aboca a buscar apoyos políticos y sociales que permitan generar un rechazo más amplio al proyecto. En paralelo, desde el Ejecutivo descartaron por completo la posibilidad de convocar a un diálogo formal con la central obrera sobre este tema, dejando en claro que mantendrán la iniciativa en el Congreso y no piensan abrir un espacio de negociación.
La central sindical, que agrupa a una parte significativa de sindicatos tradicionales del país, viene ratificando su rechazo a la reforma impulsada por la administración de Javier Milei, argumentando que varias de las modificaciones propuestas afectan derechos laborales históricos y flexibilizan condiciones de trabajo sin garantizar contrapartidas para los asalariados. En el último tramo, los sindicalistas intensificaron contactos con sectores de la oposición y movimientos sociales para sumar adhesiones a un frente que tienda a bloquear la iniciativa o a forzar cambios sustanciales en su texto.














