¿El estadio más grande del mundo?: la inminente ampliación del Monumental pone a River en lo más alto

La renovación de la cancha de River, donde se agregarán nuevas gradas y se techarán las tribunas, posiciona al Millonario como uno de los clubes con mayor aforo en el mundo.

Estadio Más Monumental, de River Plate. Foto: X @RiverPlate.
Estadio Más Monumental, de River Plate. Foto: X @RiverPlate.

La ampliación del Monumental es uno de los objetivos principales de la gestión conducida por Stefano Di Carlo, el presidente más joven en la historia de River Plate, que busca seguir rompiendo récords y poner al estadio del “Millonario” entre los más grandes del mundo.

El proyecto de renovación del estadio Antonio Vespucio Liberti lleva varios años de planeación y desarrollo. Si bien su momento más representativo parecía haber sido cuando se inauguraron las nuevas tribunas, que elevaron la capacidad de espectadores a 85.018 personas convirtiéndolo en la cancha más grande de Sudamérica, la visión había comenzado varios años antes, con la renovación del césped y la realización del River Camp.

Estadio Monumental. Foto: River Plate.

El “Millonario” dará un nuevo paso en esta dirección, y el anuncio de una nueva ampliación podría llegar en enero. En caso de cumplirse las proyecciones, el Monumental aumentará su aforo a cien mil personas, llegando así a ser el estadio perteneciente a un club más grande del mundo, por lo menos hasta que se termine la obra del Camp Nou, que logrará una capacidad definitiva de 104.600 espectadores para el año 2027.

River tendrá uno de los estadios más grandes del mundo

Con la obra concretada, la casa de “La Banda” superará a algunos de los estadios más importantes en el mundo, que no solo, en algunos casos, hospedan otros deportes, sino que además su propiedad corresponde al Estado, que tiene muchos más recursos para invertir en infraestructura que una sociedad civil como lo son los clubes del fútbol argentino.

Entre ellos se encuentran el Rose Bowl Stadium de Pasadena, donde River enfrentó a Monterrey por el Mundial de Clubes, con 92.800 personas; el Wembley Stadium, propiedad de la Asociación Inglesa de Fútbol, con 90.000 personas; el Lusail, donde la Selección Argentina se coronó de gloria por tercera vez, con 88.966 personas; y el Estadio Azteca, con 87.523 personas.

La brecha, que ya es gigante en comparación a los demás clubes del fútbol argentino, se expandirá también en Sudamérica. Al "Monu" lo siguen el Monumental de Lima, con 80.093 espectadores; el Maracaná, con 78.838, el Mané Garrincha de Brasilia, con 72.788, y el Morumbí, con 70.795.

Cuando se realice el anuncio y las estimaciones terminen por definirse, restará ver el lugar específico que ocupará el Antonio Vespucio Liberti en el ranking mundial de los estadios más grandes. Ya se puede anticipar que peleará mano a mano por el segundo lugar con el Melbourne Cricket Ground de Australia, donde entran 100.024 personas. Más difícil de superar, cuando finalice las obras, el Spotify Camp Nou alcanzará las 105.000 butacas, por lo que también está en la mira de los fanáticos riverplatense.

El nuevo Camp Nou del Barcelona Foto: FC Barcelona

Sin embargo, si de capacidad hablamos, el rey es un inesperado recinto, en un país cuyo fútbol nunca se alzó con el reconocimiento internacional. Se trata del Estadio Rungrado Primero de Mayo, ubicado en Corea del Norte, con capacidad para 114.000 personas. Fue construido hace más de 30 años y tiene 80 salidas, pileta, saunas, habitaciones para la concentración y es la casa de la selección norcoreana. Además, hospeda diferentes eventos deportivos y políticos del país.

El estadio más grande del mundo Foto: Wikipedia

Su historia es por demás curiosa. Cuando se anunció que Seúl, la capital de Corea del Sur, sería la ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de Verano 1988, el régimen comunista de Corea del Norte concentró esfuerzos en postularse como legítimo Estado coreano. Entre esos sacrificios, se realizó la construcción del estadio más grande del mundo, que ya para ese entonces contaba con una suma de espectadores sin gollete ni parangón.