Adiós a las bacterias y los malos olores: ¿cada cuánto hay que lavar toallas y sábanas?

Nada resulta más placentero que dormir sobre sábanas limpias o secarse con toallas recién lavadas. Sin embargo, el hábito de lavar estas prendas con la frecuencia necesaria es algo que muchas personas suelen pasar por alto.
La falta de limpieza en sábanas y toallas provoca la acumulación de bacterias, ácaros y otros microorganismos que, a simple vista, no se pueden ver. Estos contaminantes pueden ser responsables de diversas irritaciones en la piel, alergias y problemas respiratorios.

Además, las sábanas pueden absorber sudor, células muertas de la piel y otros desechos que, con el tiempo, pueden generar malos olores y un ambiente poco higiénico para dormir.
¿Cada cuánto es recomendable lavar la sábanas?
Las sábanas deben lavarse al menos una vez por semana o, en su defecto, cada dos semanas. Aunque a simple vista puedan parecer limpias, el contacto directo con ellas puede llevar a la acumulación de microorganismos que no son visibles. Por esta razón, mantener una rutina de lavado es esencial para garantizar un ambiente saludable.
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Además, es fundamental ventilar la cama todas las mañanas para permitir la circulación de aire fresco. Durante los días de altas temperaturas, es aconsejable lavar las sábanas con mayor frecuencia, ya que tendemos a sudar más, lo que contribuye a la acumulación de bacterias y olores.

Las fundas de almohada también requieren una atención especial en cuanto a higiene. Si hay niños en casa, el lavado debe ser más habitual, cada tres o cuatro días, debido a su mayor susceptibilidad a gérmenes y bacterias. En situaciones donde hay alguien enfermo, se recomienda aumentar la frecuencia de lavado incluso hasta realizarlo a diario.
¿Cada cuánto se deben lavar las toallas?
La frecuencia de lavado de las toallas depende en gran medida de su uso. Es recomendable secarlas al aire libre después de cada uso y lavarlas aproximadamente cada tres usos.

Las toallas de mano requieren una atención especial y deben lavarse con mayor frecuencia, ya que están constantemente expuestas a gérmenes y suciedad. Un buen indicador de que es necesario lavarlas es el olor a humedad: si se percibe este olor, es momento de limpiarlas.
El método adecuado para lavar las toallas implica el uso de agua caliente, lo que ayuda a eliminar gérmenes y bacterias de manera efectiva. Es recomendable evitar el uso de suavizantes, ya que pueden dejar un residuo que reduce la capacidad de absorción de las toallas y afecta su textura. Después del lavado, es preferible secarlas en la secadora o tenderlas al aire libre siempre que sea posible.